La Rosa y la Hormiga Amigas Trabajadoras
Había una vez una hermosa rosa roja que vivía en un jardín rodeado de otras flores y plantas. La Rosa era muy vanidosa y se pasaba todo el día admirando su belleza en el espejo del rocío.
Un día, mientras la Rosa se miraba en el espejo, vio a una pequeña hormiga trabajando arduamente para recolectar comida y llevarla al hormiguero.
La Rosa se burló de la Hormiga por su trabajo duro y le dijo: "¿Por qué trabajas tanto? ¿No puedes simplemente relajarte como yo?". La Hormiga respondió con una sonrisa amable: "Trabajo duro para asegurarme de tener suficiente comida para mi familia durante los días difíciles".
La Rosa no entendió lo que quería decir la Hormiga y pensó que ella era tonta por trabajar tanto. Pero un día, llegó una gran tormenta al jardín y la Rosa empezó a preocuparse por su delicada flor.
Mientras tanto, la Hormiga había preparado suficiente comida para sobrevivir a la tormenta junto con sus compañeras del hormiguero. Mientras las gotas de lluvia caían sobre ellas, la Rosa sintió frío y hambre ya que no había preparado nada para este momento difícil.
Fue entonces cuando recordó las palabras sabias de la Hormiga sobre trabajar duro para estar preparados ante cualquier situación. La rosa decidió pedir ayuda a la Hormiga, quien no dudó en ofrecerle algo de comida caliente que había guardado previamente.
La rosa aprendió entonces que nunca debemos subestimar el valor del trabajo duro y siempre debemos estar preparados ante cualquier situación imprevista. Desde ese día, la Rosa y la Hormiga se hicieron muy buenas amigas.
La Rosa aprendió a valorar el trabajo de la Hormiga y le ofreció su belleza como regalo a cambio de su amistad. Y así, ambas vivieron felices en el jardín, cada una con su tarea importante para mantener el equilibrio del ecosistema.
MORALEJA: El trabajo duro siempre tiene recompensas y nunca debemos subestimar el valor del esfuerzo.
FIN.