La Rueda de la Diversión en el Mundo de Cristal



Había una vez, en un lugar muy lejano, un Mundo Mágico lleno de colores. Este mundo era conocido por sus paisajes resplandecientes, criaturas fantásticas y, sobre todo, por sus unicornios. Los unicornios eran guardianes de la felicidad, y uno de ellos, llamado Luminia, era el más brillante de todos.

Luminia se pasaba los días troteando por el prado, donde crecían flores de todos los colores del arcoíris. Un día, mientras exploraba cerca de la montaña de cristal, se escuchó un fuerte estruendo. Al investigar, se encontró con un grupo de pequeños seres de cristal que parecían muy preocupados.

"¿Qué les sucede, amigos?" - preguntó Luminia con su voz suave como el viento.

"Estamos en problemas, Luminia. La Rueda de la Diversión, que trae felicidad a nuestro mundo, se ha detenido. Sin ella, nuestros días se volvieron grises y tristes," - contestó uno de los seres de cristal, temblando de preocupación.

Luminia decidió que debía ayudar. Con su brillo mágico, reunió a todos los unicornios del prado, y juntos empezaron a pensar en un plan para reiniciar la Rueda de la Diversión.

"Necesitamos encontrar la esencia de la alegría," - dijo un unicornio llamado Estrellita, quien siempre había apreciado el arte de hacer reír a los demás.

"Pero ¿dónde podemos encontrar esa esencia?" - preguntó otro unicornio, llamado Nube.

Después de mucho pensar, Luminia recordó una historia antigua que había aprendido de su madre.

"La esencia de la alegría se encuentra en las risas de nuestros amigos, en los momentos compartidos y en ayudar a los demás. Debemos organizar un gran festival para recuperar esa alegría," - explicó Luminia.

Entonces, se pusieron a trabajar. Los unicornios y los seres de cristal comenzaron a invitar a todas las criaturas del mundo. Consiguieron luces brillantes, música alegre y prepararon juegos divertidos. El día del festival, el prado estaba lleno de animales, risas y sonrisas.

"¡Mirá, ahí vienen los zorros!" - exclamó Estrellita.

"Y los conejos también están aquí," - agregó Nube.

Con cada risa y cada juego, la magia comenzaba a fluir nuevamente. Los seres de cristal empezaron a vibrar con el ritmo de la alegría. De repente, en el centro del festival, la Rueda de la Diversión comenzó a girar lentamente, iluminándose con colores brillantes.

"¡Miren, la rueda!" - gritó uno de los seres de cristal, saliendo a saltar de alegría.

"¡Lo estamos logrando! ¡La felicidad está regresando!" - añadió Luminia, sintiendo el poder de la alegría en su corazón.

Pero entonces, algo inesperado ocurrió. Un viento fuerte comenzó a soplar, y algunos objetos del festival volaron por los aires. Una pequeña nube de cristal comenzó a desarmarse y a tambalearse entre el viento.

"¡Oh no! Necesitamos contener la alegría, no dejar que se disipe! ," - dijo Luminia, mirando a todos los que estaban a su alrededor.

Esos momentos de conflicto unieron aún más al grupo. Se unieron en círculo, agarrándose de las patas y poniendo sus voces juntas. Comenzaron a cantar una canción sobre la amistad y la felicidad. El viento dejó de soplar, y la Rueda de la Diversión empezó a girar más rápido, llenando el aire de armonía y felicidad.

Finalmente, la rueda brilló con tanta intensidad que iluminó todo el cielo.

"¡Lo hemos conseguido!" - exclamó Estrellita.

"La esencia de la alegría está aquí, entre nosotros, en la unidad y en la amistad," - añadió Luminia, sonriendo a todos.

Desde ese día, la Rueda de la Diversión nunca dejó de girar, y el Mundo de Cristal se convirtió en el lugar más feliz de todo el universo, donde no sólo los unicornios, sino todas las criaturas podrían disfrutar cada momento juntos. Y así, Luminia y sus amigos aprendieron que la felicidad es un regalo que se multiplica cuando se comparte.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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