La sabiduría de la abuela



Había una vez en la ciudad de Buenos Aires una estudiante llamada Pía, que estaba muy emocionada por comenzar su carrera universitaria. Había estudiado mucho para su primer parcial y estaba segura de que le iba a ir excelente.

El día del examen llegó, Pía se sentó frente al papel en blanco y comenzó a contestar las preguntas con confianza.

Sin embargo, cuando recibió su calificación, se llevó una gran sorpresa: ¡había desaprobado! Se sintió muy triste y desanimada, ya que no esperaba ese resultado. Pía regresó a casa con lágrimas en los ojos y le contó a su abuela lo sucedido.

La sabia abuela la miró con cariño y le dijo: "Querida Pía, todos tenemos tropiezos en la vida. Lo importante es cómo nos levantamos después de caer". Pía se secó las lágrimas y decidió seguir el consejo de su abuela.

Se puso manos a la obra y comenzó a estudiar aún más duro para poder aprobar el próximo parcial. Buscó ayuda de sus profesores, compañeros de clase e incluso creó un grupo de estudio. Con esfuerzo y dedicación, Pía logró mejorar sus notas poco a poco.

Llegó el día del segundo parcial y esta vez sí que lo logró: ¡aprobó con excelentes calificaciones! Estaba tan feliz que corrió a contarle a su abuela la buena noticia. "Abuelita, gracias por tu consejo.

Aprendí que los fracasos son solo oportunidades para aprender y mejorar", dijo Pía emocionada. La abuela sonrió orgullosa y le respondió: "Así es querida Pía, nunca te rindas ante un obstáculo. Siempre hay una luz al final del túnel si mantienes tu determinación".

Desde ese día, Pía siguió esforzándose al máximo en cada asignatura. Aprendió a no rendirse ante los fracasos y siempre recordaba las palabras sabias de su abuela. Con perseverancia y optimismo, logró cumplir sus metas académicas y convertirse en una exitosa profesional.

Y colorín colorado este cuento ha terminado, pero recuerda: ¡nunca subestimes tu capacidad para superar cualquier desafío que se presente en tu camino!

FIN.

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