La saiyajin valiente

Mily se despertó confundida y asustada. Miró a su alrededor y vio a dos extraños seres, uno con alas de cuervo y el otro con cuernos, que la miraban con una sonrisa cálida en sus rostros.

"¡Hija! ¡Al fin has vuelto!", dijo Stolas emocionado. "¿Qué? ¿Hija?", preguntó Mily sin entender. Blitzø se acercó a ella y explicó: "Hace mucho tiempo te perdimos en un portal mágico, pero ahora estás de regreso. Eres nuestra hija perdida".

Mily estaba sorprendida por las palabras de los demonios, pero algo en su interior le decía que debía confiar en ellos. Así que decidió quedarse y descubrir más sobre su pasado.

Stolas y Blitzø le contaron historias emocionantes sobre sus aventuras juntos, cómo habían protegido ese mundo mágico de peligrosos villanos y monstruos. Mily se sentía inspirada por su valentía y determinación. "¿Podrían enseñarme a ser tan valiente como ustedes?", preguntó Mily con entusiasmo.

Los dos demonios asintieron felices y comenzaron a entrenar a Mily en el arte de la magia y la lucha contra el mal.

Con el tiempo, Mily se convirtió en una guerrera poderosa y valiente, lista para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino. Un día, mientras exploraban un bosque encantado, encontraron a un dragón malvado que amenazaba con destruir todo a su paso. Sin dudarlo, Mily se lanzó al ataque junto a Stolas y Blitzø.

Fue una batalla épica llena de magia y coraje, pero al final lograron derrotar al dragón y salvar el bosque. "¡Eres increíblemente valiente, hija!", exclamó Stolas orgulloso.

Mily sonrió feliz sabiendo que había encontrado no solo una familia adoptiva sino también amigos verdaderos que la apoyaban en cada aventura. Desde ese día, Mily siguió explorando nuevos lugares junto a Stolas y Blitzø, aprendiendo lecciones importantes sobre amistad, valentía y trabajo en equipo.

Y aunque era una saiyajin solitaria al principio, ahora sabía que nunca más estaría sola gracias al amor incondicional de su nueva familia demoníaca.