La Sala Mágica de los Niños
Había una vez en el jardín de infantes "Los Peques Felices", un grupo de niños y niñas muy curiosos y divertidos que estaban a punto de empezar su primer día en la sala de 5.
Todos estaban emocionados por conocer a sus nuevos amigos y maestras, pero al llegar se dieron cuenta de algo inesperado: ¡la sala no tenía nombre! - ¿Cómo vamos a llamar a nuestra sala si no tiene nombre? - preguntó Sofía, una niña con rulos dorados.
- No sé, pero seguro que encontraremos una solución creativa - respondió Juan, un niño con lentes y una sonrisa traviesa.
Las maestras del jardín, la señorita Laura y la señorita Ana, notaron la inquietud de los niños y decidieron convertir aquella situación en un divertido desafío. Les explicaron que debían trabajar juntos para encontrar el nombre perfecto para su sala.
- ¡Vamos a hacer una lluvia de ideas! Cada uno diga una palabra que les guste y luego las combinamos todas - propuso la señorita Laura. Los niños comenzaron a decir palabras como "arcoíris", —"aventura" , —"amistad" , —"magia" y muchas más.
Luego, todos juntaron esas palabras formando frases creativas como "El arcoíris mágico de la amistad" o "La aventura encantada". - ¡Ya sé! Podemos combinar dos palabras para hacer un nombre único - exclamó Martina, una niña con pecas en la nariz.
Después de mucho pensar y reírse juntos, llegaron a una decisión unánime: su sala se llamaría "El Jardín Encantado". Todos estaban felices con el nombre elegido y sintieron que reflejaba perfectamente lo especial que era su lugar.
A partir de ese día, cada vez que entraban a su salita decían con orgullo: - ¡Bienvenidos al Jardín Encantado! Aquí vive la magia y la alegría. Y así, los niños aprendieron que trabajando en equipo y siendo creativos podían resolver cualquier problema que se les presentara.
El Jardín Encantado se convirtió en un lugar donde la imaginación volaba alto y la amistad crecía cada día más fuerte. Y todo gracias al ingenio y colaboración de aquellos pequeños grandes corazones.
FIN.