La salvación del colegio


Había una vez en el Colegio de Santo Tomás de Aquino, en Fuentes de Andalucía, una profesora llamada África. Todos los niños del colegio la adoraban por su dulzura, paciencia y sabiduría.

Un día, mientras África daba clases de matemáticas a sus alumnos de segundo grado, un pequeño llamado Martín levantó la mano y preguntó: "¿Para qué sirven las mates en la vida real, profe?"África sonrió y respondió: "Las matemáticas están en todas partes, Martín.

Desde contar cuántas manzanas tienes en tu merienda hasta calcular cuánto dinero necesitas para comprar tus juguetes favoritos. "Los ojos de Martín se iluminaron con curiosidad.

Esa tarde, al llegar a casa, decidió ayudar a su mamá a cocinar y medir los ingredientes para hacer galletas. Al día siguiente llegó emocionado al colegio para contarle a África lo que había aprendido. "¡Profe! ¡Hice galletitas con mi mamá usando matemáticas como tú me enseñaste!" exclamó Martín emocionado.

"¡Eso es fantástico, Martín! Veo que has descubierto lo divertidas y útiles que pueden ser las mates", respondió África con orgullo.

Poco a poco, gracias a las lecciones creativas e inspiradoras de África, los niños del Colegio de Santo Tomás comenzaron a disfrutar más de las matemáticas y otras asignaturas. Cada día era una aventura nueva llena de descubrimientos y aprendizajes emocionantes.

Sin embargo, un día inesperado llegaron malas noticias al colegio: el gobierno planeaba cerrar varias escuelas en la región debido a recortes presupuestarios. El Colegio de Santo Tomás estaba en peligro de ser cerrado. África no se rindió ante esta adversidad. Junto con sus alumnos idearon un plan para mostrarle al gobierno lo importante que era su colegio.

Organizaron una feria educativa donde exhibieron todos los proyectos innovadores que habían realizado durante el año. La feria fue un éxito rotundo y atrajo la atención de los medios locales.

Los padres, vecinos y autoridades quedaron impresionados por el talento y dedicación tanto de África como de sus alumnos. Finalmente, gracias al esfuerzo conjunto de la comunidad escolar, el Colegio de Santo Tomás recibió fondos adicionales del gobierno para mejorar sus instalaciones y programas educativos.

La escuela permaneció abierta y se convirtió en un ejemplo destacado en toda la región. África y sus alumnos celebraron esta victoria con alegría y gratitud.

Aprendieron juntos que trabajar en equipo y nunca rendirse ante los desafíos podía lograr cosas maravillosas. Y así, cada mañana al llegar al Colegio Santo Tomás, recordaban con cariño aquella época difícil que juntos superaron; siempre listos para enfrentar nuevos retos con valentía y determinación.

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