La salvadora de batatas



Delfina era una niña muy especial. Vivía en un pequeño pueblo rodeado de campos de batata, y a pesar de que su familia trabajaba duro para cultivarlas y venderlas, ella no parecía tener mucho interés en ayudar.

Un día, mientras sus padres estaban ocupados trabajando en el campo, Delfina se encontró con un grupo de niños que jugaban juntos cerca del río. Se acercó tímidamente a ellos y les preguntó si podía unirse a su juego.

"Claro que sí", respondió uno de los niños. "Estamos jugando a la carrera. ¿Quieres participar?"Delfina asintió emocionada y rápidamente se puso en posición para comenzar la carrera.

Pero cuando el niño dio la señal para empezar, Delfina simplemente se quedó parada allí sin moverse. "¿Qué pasa?" Preguntaron los otros niños desconcertados. "No quiero correr", dijo Delfina encogiéndose de hombros. "Me canso muy rápido".

Los otros niños trataron de animarla e incluso le ofrecieron llevarla montada sobre sus hombros para que pudiera participar en el juego, pero Delfina simplemente negaba con la cabeza. Después del juego, los niños volvieron al pueblo mientras Delfina regresaba a casa sola.

Su madre notó lo triste que estaba y le preguntó qué había pasado. "No me gusta hacer nada", dijo Delfina con lágrimas en los ojos. "Soy una vaga". La madre sonrió comprensivamente y tomó las manos de su hija entre las suyas.

"Tú no eres una vaga, Delfina", dijo. "Solo necesitas encontrar algo que te guste hacer". Delfina no estaba segura de qué podría ser eso, pero su madre le sugirió que probara diferentes actividades hasta encontrar algo que la hiciera feliz.

Así que Delfina comenzó a buscar. Probó leer libros, dibujar y tocar la guitarra, pero nada parecía interesante para ella.

Un día, mientras caminaba por el campo de batatas con su padre, se detuvo en seco al ver un pequeño gusano arrastrándose sobre una hoja. "¡Mira! ¡Qué lindo es!", exclamó Delfina emocionada. Su padre sonrió y le explicó todo sobre los insectos y cómo ayudan a las plantas a crecer.

A partir de ese momento, Delfina se convirtió en una apasionada entusiasta de los gusanos y comenzó a pasar todas sus tardes explorando el campo para encontrar nuevos especímenes. Pero un día, cuando estaba buscando gusanos debajo de unas hojas grandes de batata, Delfina notó algo extraño.

Una gran cantidad de insectos estaban devorando las hojas y raíces del cultivo familiar. "¡Papá! ¡Ven rápido!", gritó asustada. Su padre corrió hacia ella y juntos descubrieron el problema.

Había plagas invadiendo el campo y si no hacían algo pronto perderían toda la cosecha. Delfina sabía mucho sobre insectos e inmediatamente empezó a idear soluciones para salvar las batatas.

Ayudaron a sus padres a aplicar pesticidas naturales para controlar la plaga y, gracias a su ayuda, lograron salvar la cosecha. Después de ese día, Delfina se dio cuenta de que había encontrado su pasión: ayudar a su familia a cultivar batatas. Se convirtió en una trabajadora incansable y siempre estaba dispuesta a ayudar en todo lo que pudiera.

"No soy más una vaga", dijo con orgullo a sus padres. "Soy una experta en batatas". Y así fue como Delfina aprendió que todos tenemos algo especial dentro de nosotros, solo necesitamos encontrarlo para poder brillar.

FIN.

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