La selva bajo la protección divina
Había una vez en la selva, un grupo de animales que vivían felices y en armonía. Un día, mientras jugaban y se divertían, escucharon un fuerte trueno que resonó en todo el bosque.
Los animales se miraron entre sí con preocupación, sabiendo que eso significaba que se acercaba un gran diluvio. El león, siendo el rey de la selva, llamó a todos los animales para darles una importante noticia.
Con su voz poderosa y firme les dijo: "Tenemos una orden muy importante de Dios. Debemos entrar al arca para mantener nuestra existencia. Dios nunca miente, así que es crucial que obedezcamos al creador". Los demás animales se miraron sorprendidos por las palabras del león.
Sabían que debían confiar en él, ya que siempre había demostrado ser valiente y sabio. Juntos decidieron emprender el camino hacia el arca antes de que comenzara la lluvia.
Mientras caminaban hacia el arca, los animales enfrentaron diversos desafíos y obstáculos. El camino estaba lleno de peligros y dificultades, pero con valentía y trabajo en equipo lograron superar cada uno de ellos.
En el camino, encontraron a otros animales necesitados de ayuda: un conejo atrapado en un zarzal, un mono perdido en lo alto de un árbol y una jirafa con sed cerca de un río seco. Sin dudarlo ni un segundo, los animales del grupo ayudaron a cada uno de ellos a salir adelante.
Finalmente, después de superar todas las adversidades del camino, llegaron al arca justo a tiempo antes de que empezara a llover. Todos entraron rápidamente al refugio seguro donde estarían protegidos durante la tormenta.
Dentro del arca, los animales compartieron historias y risas mientras esperaban a que pasara la lluvia. A medida que pasaban los días, aprendieron la importancia de trabajar juntos y apoyarse mutuamente en momentos difíciles.
Después de varios días, la lluvia cesó y el sol volvió a brillar sobre la selva. Los animales salieron del arca renovados y fortalecidos por haber enfrentado juntos la tormenta. El león les recordó a todos lo importante que era confiar en Dios y seguir sus órdenes para mantenerse seguros y protegidos.
Los demás asintieron con gratitud por haber sobrevivido gracias a su valentía y unidad.
Desde ese día en adelante, los animales continuaron viviendo en paz y armonía en la selva, recordando siempre la lección aprendida durante aquel gran diluvio: cuando trabajamos juntos como equipo podemos superar cualquier desafío que se nos presente.
FIN.