La Selva de las Pruebas



En lo profundo de la selva, donde los árboles se entrelazan formando un techo verde que apenas deja pasar la luz del sol, vivía Martha la bruja.

Muchos habitantes de los alrededores temían su presencia y evitaban acercarse a su morada, una choza oscura rodeada de plantas venenosas y misteriosas. Martha era conocida por sus hechizos y maleficios, pero también por su gran sabiduría en el uso de las hierbas medicinales.

Sin embargo, su corazón estaba lleno de amargura y soledad, lo que la llevaba a actuar con malicia hacia quienes se acercaban a ella. Un día, Luis, un joven explorador valiente y curioso, decidió adentrarse en la selva en busca de aventuras.

Acompañado por su fiel perro Klaus y guiado por su amiga Mariale, una experta en plantas medicinales, comenzó su travesía sin imaginar el peligro que les aguardaba. - ¡Qué emocionante es explorar la selva! -exclamó Luis mientras avanzaban entre lianas y helechos.

- Sí, pero debemos tener cuidado. Se rumorea que Martha la bruja habita por aquí cerca -advirtió Mariale con voz preocupada. De repente, Klaus comenzó a gruñir y ladrar hacia un costado del camino.

Al acercarse para ver qué ocurría, descubrieron una cueva oculta entre las rocas. - Parece que alguien vive aquí -observó Luis con intriga. Decididos a investigar, ingresaron a la cueva con cautela. En su interior encontraron extraños objetos rituales y pociones misteriosas esparcidas por doquier.

De repente, una sombra se materializó frente a ellos: era Martha la bruja. - ¡Intrusos! ¿Cómo osáis perturbar mi morada? -gritó Martha con voz ronca mientras agitaba sus manos en el aire. - Perdónenos señora bruja.

No queríamos molestarla. Solo estamos explorando la selva -se apresuró a explicar Luis con tono conciliador. Martha los observó detenidamente durante unos segundos antes de hablar nuevamente:- Veo bondad en vuestros corazones jóvenes viajeros.

Por ello os daré una oportunidad para redimir vuestros errores: debéis superar tres pruebas antes del amanecer o quedaréis atrapados para siempre en mis dominios oscuros.

Con paso firme pero temeroso, el trío aceptó el desafío de Martha y se dispuso a enfrentar las pruebas que les esperaban.

La primera consistía en encontrar una flor rara que solo crecía bajo la luz de la Luna llena; la segunda requería preparar una poción curativa utilizando ingredientes dispersos por toda la selva; y finalmente debían resolver un acertijo ancestral grabado en una piedra antigua custodiada por serpientes venenosas. Con astucia e ingenio lograron superar cada prueba gracias al trabajo en equipo y al coraje demostrado ante los desafíos impuestos por Martha.

Al amanecer del siguiente día, regresaron triunfantes ante la bruja quien les sonrió sorprendida. - Jamás pensé que superarían mis pruebas jóvenes valientes. Vuestra determinación ha demostrado vuestra nobleza interior -reconoció Martha con sinceridad-.

Os concedo mi perdón y mi bendición para seguir vuestro camino con sabiduría y humildad. Luis, Mariale y Klaus partieron de regreso hacia sus hogares sintiéndose más fuertes no solo como individuos sino también como equipo.

Aprendieron que incluso en los lugares más oscuros puede encontrarse luz si se enfrenta al miedo con coraje y solidaridad.

FIN.

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