La selva encantada de Pelusa
Título: Pelusa y los colores perdidosEn lo más profundo de la selva, vivía Pelusa, un yaguareté muy especial. A diferencia de los demás animales, a Pelusa le encantaba pintar.
Con su pincel mágico y su paleta de colores brillantes, alegraba cada rincón del bosque con sus obras maestras. Un día, al despertar, Pelusa notó algo extraño en el bosque. Todo estaba gris y triste.
Las flores ya no tenían sus colores vibrantes, los árboles habían perdido su verdor y hasta el río había perdido su brillo cristalino. El corazón de Pelusa se entristeció al ver la selva así. "¡Qué ha pasado aquí?", se preguntó Pelusa mientras caminaba entre los árboles grises.
Los demás animales también estaban preocupados por el cambio repentino en la selva. El mono Tito, la mariposa Margarita y el tucán Paco se acercaron a Pelusa para ayudarlo a descubrir qué ocurría.
"¿Por qué todo está tan gris?", preguntó Margarita con voz temblorosa. "No lo sé... Pero estoy decidido a devolverle el color a nuestra casa", respondió determinado Pelusa. Con valentía y esperanza en sus corazones, los cuatro amigos emprendieron un viaje en busca de respuestas.
Caminaron por senderos oscuros y atravesaron ríos turbios hasta llegar a una cueva misteriosa donde habitaba el espíritu del bosque.
El espíritu les contó que un malvado hechicero había lanzado un conjuro sobre la selva para robar todos los colores y sumirlos en la tristeza. Sin embargo, le dio a Pelusa y sus amigos una misión: recuperar los colores perdidos antes de que fuera demasiado tarde.
Con coraje renovado, Pelusa tomó su pincel mágico y comenzó a pintar con fuerza. Los demás animales lo ayudaron con entusiasmo, coloreando cada hoja, cada flor y cada animal que encontraban en su camino. Poco a poco, la magia de los colores brillantes fue regresando al bosque.
Finalmente, después de días de arduo trabajo y cooperación, la selva volvió a ser un lugar lleno de vida y alegría. Los árboles reverdecieron, las flores florecieron en tonos vibrantes y el río recuperó su brillo plateado bajo el sol.
"¡Lo logramos!", exclamó emocionado Paco mientras volaba entre las ramas coloridas. Pelusa sonrió orgulloso al ver cómo juntos habían restaurado la belleza natural del bosque gracias al poder de la amistad y la colaboración.
Desde ese día en adelante, nadie olvidaría la valentía de Pelusa ni la importancia de trabajar juntos para proteger lo que más queremos: nuestro hogar en armonía con la naturaleza.
FIN.