La Selva Habla
En lo profundo de la selva, un joven llamado Tomás pasaba sus días explorando y jugando entre los árboles. La selva era su hogar y cada rincón eran nuevas aventuras. Sin embargo, un día Tomás se encontró con un grupo de animales muy preocupados.
"¿Qué les pasa, amigos?" - preguntó Tomás, acercándose a ellos. La tortuga Tula, el loro Lucho y el jaguar Javi lo miraron con tristeza.
"La selva está en peligro, Tomás. Están talando los árboles y nosotros no sabemos qué hacer" - dijo Tula con voz temblorosa.
"Pero, ¿por qué están cortando los árboles?" - inquirió Tomás.
"Para hacer espacio para casas y caminos. Pero si seguimos así, no tendremos dónde vivir," - explicó Lucho, sacudiendo sus plumas de colores.
Tomás pensó en lo hermoso que era su hogar y cómo los árboles eran el refugio de sus amigos animals y emplumados. Sin pensarlo dos veces, decidió ayudar a sus amigos.
"¡Vamos a hacer algo!" - exclamó. "Necesitamos que todos en la selva se unan y hablen sobre esto. Tal vez podamos encontrar una solución juntos."
Así que, bajo el gran árbol de la sabiduría, Tomás y los animales comenzaron a reunir a todos los habitantes de la selva. El mono Mariano, la rana Rita y muchos otros llegaron, intrigados por la reunión.
"¡La selva es nuestra casa!" - gritó Javi, el jaguar, con su voz fuerte. "No podemos dejar que nos lo quiten."
"Pero, ¿cómo vamos a detenerlos?" - preguntó Rita, saltando nerviosa.
Tomás sonrió y dijo: "Alguien tiene que hablar con los hombres que están talando los árboles. ¿Quién se atreve a hacerlo?"
El grupo se quedó en silencio. Después de un rato, Tula levantó su cabeza y dijo: "¡Yo puedo hacerlo! Aunque soy lenta, soy sabia, y puedo contarles a los hombres lo que puede pasar si siguen así."
Todos aplaudieron emocionados por el valor de Tula.
Días después, Tula se marchó hacia el borde de la selva, donde los hombres estaban trabajando. Con calma, se acercó a ellos.
"¡Hola!" - dijo Tula con voz firme. "Soy Tula, la tortuga. La selva es nuestro hogar y los árboles son vitales para todos los animales. Si siguen cortando, muchos de nosotros perderemos nuestra casa."
Los hombres se sorprendieron al ver a una tortuga hablando. Uno de ellos, que tenía un corazón grande, dijo: "¿No sabías que nosotros también necesitamos vivir? Estamos tratando de hacer más casas para tener un lugar donde vivir."
"Sí, pero hay formas de hacerlo sin destruir el hogar de los demás. Podemos encontrar una solución que sea buena para todos, como dejar zonas de la selva sin tocar y replantar árboles donde hay espacio disponible." - respondió Tula con esperanza.
Los hombres, tocados por la sinceridad y el valor de la tortuga, decidieron considerar sus palabras. Regresaron a la selva con nuevas ideas y pronto estaban en contacto con Tomás y los animales para encontrar una solución que protegiera la selva.
Tomás, al enterarse de esta noticia, organizó otra reunión.
"¡Lo logramos!" - gritó. "Tula les mostró lo importante que es la selva y ahora están de acuerdo en cuidar nuestro hogar!"
Todos los animales aplaudieron y saltaron de alegría. La selva estaba a salvo, y los hombres ahora trabajaban en armonía con los animales, plantando árboles y creando espacios donde todos pudieran vivir felices.
"Siempre que trabajemos juntos y hablemos sobre nuestros problemas, podemos encontrar soluciones" - dijo Tomás, sonriendo a sus amigos.
Así, la selva seguía siendo un lugar mágico, lleno de vida y colores, donde cada uno entendía la importancia de cuidar su hogar. Y desde ese día, Tomás y sus amigos se volvieron los guardianes de la selva, protegiendo su hogar y enseñando a otros la importancia de respetar la naturaleza.
Fin.
FIN.