La selva mágica en nuestra pantalla



Había una vez un simpático profesor llamado Wal que, debido a las circunstancias actuales, tenía que dar sus clases por zoom. A pesar de la distancia, Wal siempre intentaba hacer sus lecciones lo más divertidas y educativas posible.

Un día, mientras preparaba su clase sobre los animales de la selva, decidió sorprender a sus alumnos con una actividad especial.

Les pidió que se disfrazaran de su animal favorito para sumergirse en el mundo selvático desde la comodidad de sus casas. La mañana siguiente, todos los alumnos estaban listos frente a sus computadoras con disfraces coloridos y creativos. Había tigres rayados, monos saltarines y hasta un elefante con una trompa gigante hecha de cartón.

La emoción invadió el salón virtual cuando Wal apareció en pantalla vestido como un explorador intrépido. "¡Buen día, mis aventureros de la jungla! Hoy nos adentraremos en el fascinante mundo animal", saludó Wal entusiasmado.

Los niños no podían contener su alegría al verlo tan emocionado. Estaban ansiosos por descubrir todo sobre los animales salvajes. Wal comenzó mostrando imágenes y videos increíbles de tigres rugiendo, monos trepando árboles altísimos y elefantes lanzándose agua unos a otros.

Los chicos quedaron asombrados ante tanta belleza natural. "Ahora es momento de poner a prueba nuestros conocimientos", dijo Wal sonriendo.

"¿Quién puede decirme qué animal vive en las copas de los árboles?"Todos levantaron la mano emocionados, pero fue Sofía, vestida de mono, quien respondió primero. "¡Los monos viven en las copas de los árboles!", exclamó con una sonrisa. Wal aplaudió emocionado y continuó con más preguntas.

Los niños se esforzaban por responder correctamente y cada acierto era celebrado con alegría desde sus hogares. La clase avanzaba y Wal decidió hacer un pequeño descanso para que los chicos pudieran estirar las piernas. Pero antes de despedirse temporalmente, les propuso un desafío final.

"Quiero que cada uno tome una hoja en blanco y dibuje su animal favorito", dijo Wal entusiasmado. "Luego me lo mostrarán y comentaremos qué hace especial a ese animal". Los niños se levantaron rápidamente, tomaron papel y lápices, y comenzaron a dibujar sus animales preferidos.

Al cabo de unos minutos, volvieron a sentarse frente a la cámara para enseñarle sus creaciones al profesor Wal.

Uno por uno fueron mostrando sus dibujos: leones majestuosos, jirafas altísimas e incluso un tucán colorido que parecía estar listo para volar fuera del papel. "¡Son increíbles! Cada uno de ustedes ha capturado la esencia única de su animal favorito", expresó Wal maravillado. De repente, algo inesperado sucedió. Uno de los alumnos levantó la mano virtualmente con timidez.

"¿Sí, Juan? ¿Qué quieres compartir?", preguntó curioso el profesor. Juan tomó valor y dijo: "Profesor Wal, yo no sabía cuál era mi animal favorito porque me gustan todos. Entonces decidí dibujar un collage con muchos animales diferentes".

Todos los niños se asombraron y aplaudieron la originalidad de Juan. Wal sonrió y le dio las gracias por su creatividad. "Juan, tu collage es maravilloso.

Nos enseña que cada animal tiene algo especial y único que lo hace digno de admiración", dijo Wal emocionado. La clase continuó llena de risas, aprendizaje y descubrimientos. Los niños terminaron la lección con una sensación de alegría y conexión entre ellos, a pesar de estar separados físicamente.

Al finalizar la clase, Wal agradeció a sus alumnos por su entusiasmo y participación activa en la lección. Prometió volver al día siguiente con más aventuras educativas para seguir explorando el mundo animal juntos.

Y así fue como el profesor Wal logró convertir una simple clase por zoom en una experiencia inolvidable llena de diversión, aprendizaje y amistad virtual.

FIN.

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