La Semilla de Olivia



. Vivía en una pequeña casa rodeada de un jardín lleno de plantas y árboles frutales.

Todos los días, después de la escuela, Olivia salía al jardín a jugar con su perro Max y a explorar entre las flores. Un día, mientras jugaba en el jardín, Olivia encontró una semilla muy extraña. Era de un color verde brillante y tenía unos puntos blancos que parecían estrellas.

Olivia decidió plantarla en un lugar especial del jardín para ver qué crecería. Los días pasaron y nada parecía haber crecido donde había plantado la semilla mágica.

Pero una mañana, cuando Olivia se despertó, notó algo diferente en el jardín: había una planta enorme con hojas gigantes del mismo color verde brillante que la semilla mágica. Olivia estaba emocionada por ver lo hermosa que era la planta pero también estaba confundida porque nunca había visto algo igual antes.

Mientras pensaba sobre qué hacer con ella, escuchó a alguien llamándola desde el otro lado del muro del jardín. - Hola Olivia - dijo una voz desconocida. Olivia se asomó por encima del muro y vio a un niño llamado Tomás que vivía al lado de su casa.

- ¿Qué haces? - preguntó Tomás curioso.

- Encontré esta semilla mágica y ahora tengo esta planta gigante - respondió Olivia emocionada - ¡Ven a verla! Tomás saltó el muro para ver la planta gigante y quedó impresionado por su tamaño y belleza. - Wow! Nunca vi algo así antes - exclamó Tomás. - ¿Qué crees que deberíamos hacer con ella? - preguntó Olivia. Los dos niños comenzaron a pensar en todas las cosas que podrían hacer con la planta gigante.

Podrían construir una casa en su interior, usarla como un tobogán o simplemente disfrutar de su belleza. Mientras tanto, la planta mágica seguía creciendo y pronto se convirtió en una atracción para todos los vecinos del barrio.

La gente venía de lejos para ver la planta gigante y sacar fotos con ella. Pero un día, algo extraño comenzó a pasar con la planta. Empezó a marchitarse y perder su color verde brillante.

Olivia estaba muy preocupada por lo que estaba pasando pero no sabía qué hacer. - ¿Por qué está pasando esto? - preguntó Olivia mientras lloraba al lado de su querida planta mágica.

Tomás se acercó a ella y le dijo:- Tal vez necesite más agua o nutrientes para sobrevivir. Vamos a intentar salvarla juntos. Los dos niños trabajaron duro para encontrar formas de ayudar a la planta mágica y finalmente descubrieron cómo cuidarla adecuadamente.

Poco a poco, la planta volvió a ser hermosa como antes gracias al amor y cuidado que recibió de los dos amigos.

Desde ese día, Olivia aprendió lo importante que es cuidar de las cosas hermosas que tenemos en nuestras vidas y nunca dejó de regar sus plantas ni olvidar el amor y el cuidado que necesitan cada día para florecer.

FIN.

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