La Senda mágica en la casa de Mari Victoria, Mateo, Olibar, José Luis y la llegada del 25 de Diciembre



Mari Victoria, Mateo, Olibar y José Luis vivían en una casa rodeada de un hermoso jardín. Un día, mientras preparaban la decoración para la llegada del 25 de Diciembre, descubrieron una senda mágica escondida entre las flores. Emocionados, decidieron seguir la senda, sin saber qué aventuras les esperaban.

Al caminar por la senda, encontraron criaturas mágicas y recibieron poderes especiales. Mari Victoria adquirió la habilidad de hablar con los animales, Mateo obtuvo el don de la velocidad, Olibar descubrió que podía curar plantas y animales con tan solo tocarlos, y José Luis desarrolló la capacidad de volar.

Juntos, utilizaron sus poderes para ayudar a los demás. Mari Victoria consolaba a los animales que se sentían solos, Mateo ayudaba a llevar mensajes rápidamente de un lugar a otro, Olibar curaba plantas enfermas y José Luis cumplía los deseos de volar de aquellos que se sentían atrapados en la rutina.

Sin embargo, un día, la senda mágica desapareció, y los poderes especiales de Mari Victoria, Mateo, Olibar y José Luis también desaparecieron. Tristes por la pérdida de la senda, pensaron que ya no podrían ayudar más a los demás. Pero pronto descubrieron que la magia estaba en ellos mismos, que habían aprendido a ser compasivos, rápidos, sanadores y valientes, y que podían seguir ayudando a los demás aunque ya no tuvieran poderes mágicos.

Desde ese día, Mari Victoria, Mateo, Olibar y José Luis se convirtieron en los guardianes de la senda mágica, contando a todos sobre su aventura y enseñando que la verdadera magia está en el corazón de las personas.

FIN.

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