La señora Smithson y el jardín de las palabras



En una hermosa casa de Londres, lived la señora Smithson, una mujer de espíritu libre y energía inagotable. Aunque tenía un corazón amable, llevaba en su alma un gran peso: su matrimonio con el señor Smithson. Después de cincuenta años juntos, la señora Smithson sentía que ya no podía soportar la misma rutina día tras día.

Un día, mientras cuidaba su jardín, repleto de flores de todos colores, se acercó el señor Smithson, con un sombrero de paja que le daba un aspecto cómico. Él miró las plantas y dijo:

"Querida, estas flores se ven muy alegres hoy. ¿No crees que deberíamos disfrutar más del tiempo juntos?".

La señora Smithson guardó silencio por un momento y luego exclamó:

"¡Estoy cansada de todo esto! Necesito un cambio, una nueva aventura. Voy a terminar con este ciclo que se siente como una prisión.".

El señor Smithson, desconcertado, solo pudo preguntar:

"¿A qué te referís?".

"¡A mi vida! ¡A nuestro matrimonio! Ya no puedo más con esta rutina. ¡Quiero algo nuevo!" - respondió la señora Smithson con determinación. Pero al ver la tristeza en los ojos de su marido, recordó todos los momentos felices que habían compartido.

Con su corazón dividido, decidió que no iba a rendirse tan fácilmente. Esa noche, mientras se sentaban a cenar, tuvo una idea brillante.

"¿Y si comenzamos un Proyecto Jardín de Palabras?" - propuso con una sonrisa.

El señor Smithson miró intrigado:

"¿Proyecto Jardín de Palabras? ¿Qué es eso?".

"Podemos plantar flores que representen diferentes emociones. Por ejemplo, una rosa para el amor, un girasol para la alegría y... ¡una dalia para la creatividad!" - explicó la señora Smithson.

El señor Smithson sonrió, comenzando a ver el brillo de su esposa regresar.

"Eso suena divertido. ¿Y qué más?".

"Cada semana, compartiremos una historia sobre una flor que tuvimos en nuestra vida. Puede ser de nuestra infancia, de nuestros viajes, o incluso cosas que aún no hemos probado juntos", sugirió ella, llena de entusiasmo.

Así comenzaron su propio Proyecto Jardín de Palabras. Aliéndose cada semana, transformaron su jardín en un lugar mágico y lleno de significado, creando nuevas historias y recuerdos. Así, la señora Smithson comprendió que el amor también significa reinventarse y crear nuevas aventuras juntos.

Un día, mientras cuidaban su jardín, la señora Smithson dijo con una sonrisa:

"¿No es divertido recordar nuestro primer viaje juntos a París? Ese mercado donde compramos baguettes...".

"¡Claro que sí! Y también me acuerdo de cuando..." y el señor Smithson continuó la historia. Así, el jardín no solo floreció en colores, sino también en risas y anécdotas compartidas.

Un año después, el jardín era un verdadero bosque de emociones, y la señora Smithson no podía estar más feliz. Había aprendido que a veces lo que necesitamos es reinventar las cosas, abrir los ojos y dejar que la chispa de la creatividad transforme nuestro entorno.

Un día ella le dijo a su esposo:

"Mirá cuánto hemos crecido juntos. Gracias por ser parte de este viaje".

"Gracias a vos. Nunca es demasiado tarde para empezar algo nuevo" - replicó el señor Smithson.

Y así, con cada flor que plantaban, se recordaban de los cien colores de su amor. Aquella mujer que una vez pensó que todo estaba perdido había encontrado un nuevo sentido a la vida junto a su marido. Su jardín florecía no solo con flores, sino con el entendimiento de que todo puede renacer si lo cuidamos con amor y dedicación.

La señora Smithson sonrió, y así entendió que a veces, solo necesitamos un poco de magia y el deseo de ser felices juntos, para hacer florecer el amor en nuestra vida,

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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