La Serpiente de la Amistad



En un tranquilo barrio de Buenos Aires, vivían dos amigas inseparables: Sofía y Clara. Desde que tenían memoria, compartían risas, secretos y sueños. Un día, mientras exploraban el parque del barrio, se encontraron con un pequeño puesto de tatuajes temporales que habían instalado para la fiesta de la primavera.

"¡Mirá, Sofi! Tatuajes de serpientes, son preciosos!" - exclamó Clara, con sus ojos brillando de emoción.

"Sí, son geniales. Pero no sé si me animaría a hacerme uno" - respondió Sofía, un poco insegura.

Clara le sonrió y dijo: "¿Y si hacemos uno juntas? Así será nuestra forma de sellar nuestra amistad para siempre".

La idea les pareció estupenda. Juntas, eligieron dos serpientes entrelazadas que representaban la unión que tenían. Ambas se sumergieron en el proceso, riendo y eligiendo colores vibrantes. El artista les dijo que el tatuaje permanecería por un tiempo, pero su significado sería eterno, tanto como su amistad.

Los días pasaron y el tatuaje se convirtió en un símbolo para ellas. Cada vez que alguien les preguntaba al respecto, ellas contaban cómo habían elegido las serpientes porque eran criaturas fuertes y resilientes, que podían crecer y renovarse. Así, cada año, en la misma fecha, decidían hacer un ritual para celebrar su amistad.

Años después, cuando ambas estaban en la secundaria, sucedió algo inesperado. Clara comenzó a cambiar; conoció a nuevos amigos y se sentía muy identificada con ellos. Sofía, sintiéndose un poco aislada, comenzó a preocuparse.

"Clara, ¿no creés que estamos creciendo en direcciones diferentes?" - le dijo Sofía, con un tono triste.

"¡Pero no! Siempre estaremos unidas por el tatuaje, Sofi. Las serpientes cambian de piel, pero continúan siendo ellas mismas" - argumentó Clara, tratando de consolarla.

Sin embargo, el tiempo pasó y con él las inquietudes de Sofía aumentaron. Un día, Clara dejó de asistir a sus encuentros.

Desesperada, Sofía decidió buscar la manera de que su amiga regresara. Recordó los años de risas y las promesas que hicieron juntas. Decidió hacer un picnic en el parque, lugar donde nació su amistad. Llamó a Clara y le dijo:

"Te espero en el parque, vamos a recordar lo importantes que somos la una para la otra".

Clara llegó al parque y vio a Sofía rodeada de fotos de sus momentos juntas, risas compartidas en el pasado. Abrazó a su amiga y le dijo:

"Perdona por haberte hecho sentir así, Sofi. A veces nos dejamos envolver por otras cosas y olvidamos lo que realmente importa".

"Yo solo quería que supieras que nuestra amistad siempre será especial. Las serpientes pueden cambiar, pero lo importante es lo que llevamos dentro" - respondió Sofía, llena de alegría.

A partir de ese día, decidieron que, aunque sus vidas cambiaran y sus caminos se bifurcaran, siempre encontrarían tiempo para celebrar su amistad. Para cada nueva etapa que pasaban juntas, hacían un pequeño ritual donde recordaban su serpiente entrelazada.

Con los años, Sofía y Clara demostraron que la amistad verdadera no conoce distancias ni transformaciones. Y así, cada aniversario del día del tatuaje se convirtió en una celebración de su crecimiento, un recordatorio de que aunque pueden cambiar, su lazo siempre será fuerte.

Y así, las dos amigas siguieron adelante, abrazando cada aventura y aprendiendo del camino, mientras recordaban que, al igual que las serpientes, podían siempre renovarse sin perder lo que las hacía invencibles. Aunque las serpientes mudan su piel, su esencia permanece; lo mismo sucedería con su amistad.

FIN.

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