La serpiente del bosque



Había una vez en la selva un niño llamado Mateo, que le encantaba explorar y descubrir los secretos escondidos entre los árboles y las plantas.

Un día, mientras caminaba por el bosque, una serpiente venenosa se cruzó en su camino y le mordió la pierna. Mateo sintió un dolor agudo y supo que debía actuar rápido. Recordó lo que le había enseñado su abuelo sobre cómo actuar en caso de una mordedura de serpiente.

Con valentía, intentó mantener la calma a pesar del miedo que sentía. Corrió hacia su casa lo más rápido que pudo, con la esperanza de encontrar ayuda.

Su madre, al verlo llegar herido, entró en pánico pero rápidamente recordó lo importante que era mantenerse tranquila para ayudar a Mateo. - ¡Tranquilo Mateo! Vamos a solucionarlo juntos -le dijo su mamá con voz firme pero amorosa. Llamaron a emergencias y siguieron las instrucciones del operador mientras esperaban la llegada de la ambulancia.

Mateo sentía cómo el veneno recorría su cuerpo lentamente y eso aumentaba su preocupación. Finalmente, los paramédicos llegaron y comenzaron a atender a Mateo de inmediato.

Le dieron un antídoto contra el veneno de serpiente y lo trasladaron al hospital para asegurarse de que estuviera bien. Después de un tiempo de recuperación, Mateo volvió a estar sano y salvo gracias a la rápida actuación de todos.

Aprendió una gran lección sobre la importancia de mantener la calma en situaciones difíciles y sobre cómo seguir instrucciones para resolver problemas complicados. Desde ese día, Mateo siguió explorando la selva pero siempre recordaba llevar consigo un kit básico de primeros auxilios por si acaso.

Y cada vez que veía una serpiente recordaba con gratitud el apoyo incondicional de su mamá y la valentía que demostró ante esa situación tan peligrosa. Y colorín colorado este cuento ha terminado, pero recuerda: ante cualquier imprevisto, mantén la calma y busca ayuda.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!