La Serpiente que Se Convirtió en Dragón
Había una vez, en un bosque lleno de árboles altos y ríos cristalinos, una serpiente llamada Serafina. Serafina era curiosa y le encantaba pasear entre las hojas y explorar cada rincón del bosque. Un día, mientras se deslizaba por el suelo cubierto de flores, sintió un movimiento extraño en el aire.
"¿Qué será eso?" - se preguntó mientras levantaba la cabeza.
Al mirar hacia el cielo, vio un arcoíris brillante que surgía de una nube lejana.
"¡Eso es hermoso!" - exclamó sorprendida.
Impulsada por su curiosidad, decidió seguir el arcoíris. Mientras lo hacía, la serpiente sintió una energía especial que la envolvía. De repente, un destello de luz la rodeó y, en un instante, Serafina ya no era solo una serpiente; ¡se había convertido en un dragón magnífico!
Sorprendida, batió sus alas por primera vez.
"¡Guau, soy un dragón!" - gritó emocionada, sintiéndose ligera y libre. Pero al mirar a su alrededor, se dio cuenta de que había dejado el bosque atrás y en lugar de eso, estaba sobre un vasto océano que brillaba bajo el sol.
Confundida, voló hacia el mar y vio a unas criaturas marinas que nunca había conocido.
"¡Hola!" - saludó a un delfín que saltaba alegremente. "Soy Serafina, y me he convertido en dragón. ¿Dónde estoy?"
"¡Hola, Serafina!" - respondió el delfín. "Estás en el océano, un mundo lleno de maravillas y aventuras. Te invito a que me acompañes a conocer a mis amigos."
Serafina, emocionada, decidió unirse al delfín. Mientras exploraban el mar, conocieron a una tortuga muy sabia llamada Tula.
"¿Qué has aprendido en tu viaje, Serafina?" - le preguntó Tula con voz suave.
"He aprendido que cambiar puede ser maravilloso, pero también puede ser un poco aterrador." - respondió Serafina.
Tula sonrió. "Así es. Pero cada cambio trae consigo la oportunidad de aprender algo nuevo. ¿Qué te gustaría aprender ahora?"
Serafina pensó por un momento. "Me gustaría aprender a ayudar a otros, como ustedes me han ayudado a mí."
Tula asintió. "Eso es un gran deseo. Te enseñaremos a usar tus nuevas habilidades de dragón para cuidar del océano."
Desde ese día, Serafina y sus nuevos amigos comenzaron a ayudar a las criaturas marinas. Usaba su figura de dragón para guiar a los peces que se perdían, ayudaba a las tortugas a llegar a la playa y hasta organizaba juegos en el agua.
Un día, mientras ayudaban a un grupo de peces que habían quedado atrapados en una red de pescadores, Serafina se dio cuenta de la importancia de su papel en el océano.
"¡Ayuden a los demás! - gritó mientras usaba sus garras para romper la red. - ¡No pueden quedarse atrapados!"
Con un gran esfuerzo, lograron liberar a los peces, quienes saltaron de felicidad.
"¡Gracias, Serafina! Eres nuestra heroína!" - dijeron los peces nadando alrededor de ella.
Serafina se sintió llena de alegría. Había descubierto que ser dragón no solo era una cuestión de volar y explorar, sino que también era una responsabilidad. Con el tiempo, Serafina aprendió que ayudar a otros le llenaba de felicidad.
Después de un tiempo, Serafina miró hacia el cielo. Aunque amaba su vida como dragón, a veces extrañaba el bosque.
"¿Puedo volver a ser una serpiente y aun así ayudar?" - preguntó a sus amigos.
"Claro que sí," - respondió Tula. "Lo importante no es tu aspecto, sino tu deseo de ayudar."
En un instante, Serafina volvió a ser la serpiente que solía ser, pero llevaba en su corazón la valentía y la sabiduría que había adquirido como dragón. Regresó al bosque y empezó a ayudar a los animales y plantas, enseñando a todos sobre la importancia de cuidar el medio ambiente.
Así, Serafina se convirtió en una gran guardiana del bosque y el mar, uniendo a ambas comunidades y compartiendo su historia de transformación y amistad.
Y así, la serpiente que se convirtió en dragón descubrió que no importa en qué forma estés, siempre puedes marcar la diferencia en el mundo.
Y así, la historia de Serafina se convirtió en leyenda, recordando a todos que los cambios son solo el principio de nuevas aventuras.
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FIN.