La Serpiente y el Proyecto de la Selva



En el corazón de la selva, donde las hojas susurran secretos y los ríos cantan melodías, vivía una serpiente llamada Serpentina. A diferencia de las otras serpientes, Serpentina era un poco diferente: soñaba con ser amiga de todos los animales del bosque. Pero siempre le preocupaba que su aspecto, largo y serpenteante, asustara a los demás.

Un día, mientras se deslizaba sobre una roca caliente, Serpentina escuchó un bullicio. Se acercó para investigar y encontró a un grupo de animales reunidos: un loro colorido, un jaguar elegante, una tortuga sabia y un grupo de ranas saltarinas. Todos estaban discutiendo sobre cómo podrían mejorar su hogar, la selva.

"¡Es un desastre!", exclamó el loro. "La basura está en todas partes y nuestras casas están en peligro".

"¡Sí!", añadió el jaguar. "Necesitamos un plan".

"Pero, ¿quién de nosotros puede ayudar con eso?", preguntó la tortuga, lenta pero segura.

Serpentina, a pesar de su miedo, decidió que era el momento de actuar. Se acercó tímidamente y, con un susurro, dijo:

"¡Yo puedo ayudar!".

Los animales se dieron vuelta, sorprendidos.

"¿Tú?", preguntó la rana. "¿Pero no deberías estar aterrorizándonos con tu largo cuerpo?".

Serpentina se sintió herida por el comentario, pero siguió adelante.

"No quiero asustar a nadie. Solo quiero ayudar a limpiar la selva. Quizás yo pueda llegar a lugares donde ustedes no pueden".

Los animales se miraron los unos a los otros, antes de que la tortuga hablara nuevamente.

"Tal vez sea una buena idea. Después de todo, cada uno de nosotros tiene algo único que aportar".

Así, Serpentina se unió al grupo. Comenzaron a poner su plan en acción. Mientras los demás recolectaban basura, Serpentina se deslizaba entre los árboles, buscando desperdicios que nadie más podía alcanzar. Sin embargo, al hacerlo, se encontró con algunos problemas. Un día, se atascó entre dos troncos gruesos.

"¡Ayuda!", gritó, haciéndose eco entre los árboles. Los animales se alarmaron.

"¡Serpentina!", dijo el jaguar. "¿Dónde estás?".

"¡Aquí! Entre estos troncos", respondió con un tono de angustia.

Los animales corrieron en su ayuda. Cuando llegaron, vieron a Serpentina atrapada, y su primer impulso fue dudar.

"No sé si deberíamos acercarnos", dijo la rana.

"Pero no podemos dejarla así", contestó el loro. "Si ella está en problemas, necesitamos ayudarla".

Finalmente, el jaguar dio un paso adelante.

"Yo también tengo miedo, pero no podemos dejar a una amiga atrás. Vamos, juntos podemos rescatarla".

Con valentía, más que nunca, formaron una cadena. El jaguar empujó un tronco, la tortuga usó su concha para hacer palanca, y las ranas saltaron para ayudar. Finalmente, lograron liberar a Serpentina.

"¡Gracias, amigos!", exclamó Serpentina con una alegría inmensa. "No podía haberlo hecho sin ustedes".

Mientras continuaban su labor, los animales comenzaron a notar algo sorprendente. Cada vez que Serpentina se movía, dejaba un rastro brillante de energía positiva, como si su esfuerzo estuviera inspirando a todos a trabajar aún más duro. Empezaron a respetarla no solo por su forma de ayudar, sino también por el coraje que mostró al enfrentar sus propios miedos.

Al terminar su jornada, la selva lucía diferente. Brillaba de limpieza, y los animales estaban llenos de alegría y gratitud.

"Nunca pensé que una serpiente podría ser tan valiente y útil", dijo el loro.

"Estoy muy contenta de haberme arriesgado", sonrió Serpentina. "No importa cómo nos vemos por fuera; lo que importa es lo que tenemos en el corazón".

Desde aquel día, Serpentina no solo adquirió confianza, sino que también se estableció como una amiga valiosa para todos en la selva. A partir de entonces, siempre eras bienvenidos en cada reunión, y aprendió que la verdadera amistad no conoce forma ni tamaño; todo lo que necesita es un corazón valiente y dispuesto a ayudar.

FIN.

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