La Siesta del Tigre y la Araña Traviesa



Érase una vez un tigre llamado Tigrón que vivía en la selva. Era un tigre fuerte y majestuoso, con rayas naranjas que brillaban bajo el sol. A Tigrón le encantaba jugar durante el día con sus amigos, pero también le encantaba dormir la siesta en su árbol favorito cuando el sol más caliente iluminaba la selva.

Un día, después de un largo día de jugar a las escondidas, Tigrón decidió que era tiempo de una buena siesta. Se acomodó bajo su árbol, cerró los ojos y comenzó a roncar suavemente.

Mientras tanto, en una telaraña brillante en una rama cercana, vivía una arañita llamada Arañita. Arañita era muy curiosa y aventurera. Cuando vio al tigre durmiendo,

"¡Qué lindo!" - exclamó con un brillo en los ojos "¡Tengo que jugar con él!"

Así que, se acercó a Tigrón, al que le brillaron los ojos al ver que estaba durmiendo. Pero Arañita no sabía que interrumpir la siesta de un tigre no era buena idea.

"¡Hola, Tigrón!" - dijo Arañita saltando de un lado a otro "¡Despertate! Vamos a jugar a la tela de araña. Es súper divertido!"

Tigrón abrió un ojo y arrugó la frente.

"Arañita, estoy tratando de dormir. ¿No ves que estoy cansado?"

"Pero eso es aburrido, ¡ven! Despertate, vamos a divertirnos juntos!"

Arañita se trepó sobre el pecho de Tigrón y comenzó a hacer acrobacias. Se balanceaba de su patas amarradas en un hilo de su telaraña.

Tigrón intentó ignorarla y taparse con su pata, pero Arañita era muy persistente.

"¡Vamos, Tigrón! La selva podría ser el mejor lugar para una aventura!"

El tigre suspiró y se levantó.

"De acuerdo, pero solo por un rato, ¿eh? Luego quiero seguir durmiendo."

"¡Genial! ¡Al bosque encantado!" - dijo Arañita."Te prometo que será emocionante."

Mientras llegaban al bosque encantado, Arañita comenzó a mostrarle a Tigrón todos los secretos que conocía.

"Mirá estas hojas que brillan en la oscuridad. Se llaman luciérnagas y iluminan todo de noche."

Tigrón estaba maravillado.

"¡Guau! Nunca había visto algo así. ¡Qué increíble!"

Siguió explorando junto a Arañita y se olvidó del sueño. Juntos, descubrieron flores que parloteaban y árboles que se movían al ritmo de la música que hacían las hojas.

"¿Ves Tigrón? A veces, las cosas más divertidas y emocionantes están justo cuando menos las esperás!" - exclamó Arañita.

Sin embargo, cuando el sol comenzó a bajar, Tigrón sintió que sus ojos se hacían pesados nuevamente.

"Arañita, me está empezando a dar sueño de nuevo. ¡Quiero volver a dormir!" - dijo el tigre con un tono cansado.

Arañita se dio cuenta de que era hora de dejar que su amigo descansara.

"Está bien, Tigrón, pero antes, prometeme que mañana jugaremos de nuevo."

"¡Prometido!" - respondió Tigrón "Te prometo que, después de mi siesta, estaré pleno de energía para nuevas aventuras."

Así que regresaron a la gran árbol donde Tigrón se acomodó cómodamente bajo su sombra.

"Gracias, Arañita, por mostrarme lo maravilloso que hay fuera de mi siesta. Pero ahora, definitivamente, necesito dormir."

Arañita se despidió y volvió a su telaraña. Al día siguiente, Tigrón despertó renovado y listo para más aventuras con su nueva amiga.

Desde ese día, Tigrón aprendió que a veces es bueno descansar, pero también es importante abrirse a nuevas experiencias y amistades. La curiosidad de Arañita le enseñó que, aunque a veces uno quiera dormir, siempre hay algo maravilloso esperando bajo el sol, ¿qué es una buena siesta comparada con una gran aventura en la selva?

Y así, Tigrón y Arañita continuaron explorando y disfrutando de su amistad, siempre encontrando el balance entre la diversión y los momentos de descanso.

FIN.

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