La Sinfonía de los Sueños
En un rincón lejano del bosque encantado, tres diosas habitaban: Giselle, la diosa de la oscuridad, que era conocida por su manto estrellado y su profunda voz; Yuna, la diosa de la música, cuya melodía podía hacer bailar a las flores; y Hanni, la diosa de los sueños, que tejía nubes de imaginación en el cielo. A pesar de ser muy diferentes, las tres diosas eran amigas y disfrutaban jugar juntas.
Una tarde, mientras el sol se escondía, Giselle dijo:"Hoy voy a hacer que la noche sea realmente oscura y misteriosa. ¡Quiero ver cómo los animales del bosque se asustan!".
Yuna frunció el ceño al escuchar esto:"No creo que eso sea justo, Giselle. La oscuridad puede asustar a muchos y no todos están preparados para ella. La música puede traer alegría incluso en la noche".-
Hanni, con su suave voz, añadió:"Giselle, ¿qué te parece si hacemos una fiesta? Así podríamos juntar la oscuridad, la música y los sueños. Todos los habitantes del bosque podrían disfrutarlas".-
Giselle se quedó pensando por un momento. No quería que la diversión se acabara en la desesperación. Entonces sonrió y dijo:"¡Está bien! Una fiesta suena genial. Pero, ¿cómo vamos a hacer que todos se sientan cómodos con la oscuridad?".
"Yo puedo componer una melodía especial para la fiesta", respondió Yuna emocionada. "Así todos se sentirán alegres".
Hanni, pensando en sus sueños, exclamó:"¡Yo puedo crear sueños llenos de colores y luces que les ayuden a sentirse seguros!".
Y con esas ideas, las tres diosas comenzaron a planear la fiesta. Al llegar la noche, Giselle extendió su manto de estrellas y la oscuridad cubrió el bosque. Pero a su alrededor, los sonidos dulces de la música de Yuna comenzaron a llenar el aire y los árboles comenzaron a moverse alegremente al ritmo.
Hanni, utilizando su magia, hizo que pequeños destellos de luz flotaran por el aire, similares a estrellas caídas. Los animales, al principio asustados, comenzaron a asomarse curiosamente, atraídos por la melodía y las luces danzantes.
"¡Vengan! ¡Es una fiesta! No hay nada que temer", llamó Hanni mientras sonreía.
Poco a poco, los animales comenzaron a unirse a la fiesta, dándose cuenta de que aunque era de noche, la oscuridad también podía ser bonita. El lobo, al principio temeroso, se unió al baile y se sintió más valiente, mientras un grupo de ardillas saltaba a su alrededor, haciendo travesuras.
Giselle observó la alegría de los animales y se sintió feliz. La oscuridad ya no parecía tan aterradora con la música y los sueños mágicos flotando por el aire.
"Nunca pensé que la oscuridad podría ser tan divertida", murmuró Giselle a Yuna.
"Siempre hay algo especial en cada lugar y en cada momento. Solo hace falta un poco de magia y creatividad para verlo", respondió Yuna con una sonrisa.
La fiesta continuó hasta que la luna alcanzó su punto más alto. Hanni, usando su habilidad, tejió un hermoso sueño que todos los asistentes llevarían a sus casas. Con este sueño, los animales no solo se sentirían seguros en la oscuridad, sino también emocionados por todas las aventuras que podrían vivir en sus sueños por la noche.
Cuando el Sol comenzó a salir, Giselle, Yuna y Hanni se reunieron.
"Hoy aprendí que la oscuridad puede ser bella, ¡siempre y cuando compartamos la música y los sueños!" dijo Giselle con una gran sonrisa.
"Y que cada uno de nosotros, con nuestras cualidades, podemos crear algo increíble juntos", añadió Yuna.
"Sí, ¡los sueños nos hacen más fuertes y la magia de la amistad es la que nos une!" concluyó Hanni.
Y así, las diosas y los animales del bosque aprendieron que incluso la oscuridad puede ser un lugar de alegría si hay música y sueños en el aire. Desde ese día, las noches en el bosque siempre fueron acompañadas por melodías que resonaban y sueños que brillaban, y nunca más hubo miedo a la oscuridad.
FIN.