La singularidad del oso polar



Había una vez en un zoológico un oso polar llamado Polo. A pesar de tener un pelaje blanco y una nariz negra como el carbón, se sentía diferente de los demás osos. Siempre se comparaba con los otros animales y pensaba que no encajaba.

Un día, llegó al zoológico una nueva osa polar llamada Aurora. Al verla, Polo se sorprendió y sintió una emoción indescriptible. Por primera vez en mucho tiempo, no se sintió solo en su diferencia. "¡Hola, soy Polo! ¿Eres igual de diferente que yo?" preguntó emocionado. "¡Hola, Polo! Sí, soy diferente, pero eso es lo que nos hace únicos y especiales", respondió Aurora con una sonrisa.

Poco a poco, Polo y Aurora se hicieron amigos, compartieron aventuras y descubrieron que la singularidad de cada uno era algo para celebrar. Juntos, enseñaron a los demás animales del zoológico que la diversidad es maravillosa y que no hay nada malo en ser diferente.

Desde entonces, Polo y Aurora se convirtieron en un ejemplo para todos. Los demás animales aprendieron a valorar y respetar las diferencias, y el zoológico se llenó de alegría y armonía. Polo ya no se sentía fuera de lugar, entendió que ser diferente era algo especial y que podía ser él mismo sin temor.

Y así, Polo y Aurora vivieron felices siendo ellos mismos, celebrando su singularidad con orgullo y compartiendo su mensaje de aceptación y diversidad con todos los que conocían.

FIN.

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