La solidaridad de Bea



uras blancas. Las flores blancas parecían brillar bajo la luz del sol, y Bea sintió una atracción especial hacia ellas.

Mientras volaba por el camino de las flores blancas, notó que el bosque se volvía más frondoso y colorido. De repente, Bea escuchó un suave murmullo proveniente de un arbusto cercano. Se acercó con curiosidad y descubrió a una mariposa azul brillante atrapada entre las ramas.

La pobre mariposa batía sus alas con fuerza, intentando liberarse sin éxito. - ¡Hola! ¿Necesitas ayuda? -preguntó Bea con amabilidad. La mariposa miró a Bea con gratitud y respondió: -Sí, por favor. Estoy atrapada aquí y no puedo salir.

Bea utilizó su aguijón con cuidado para cortar las ramas que aprisionaban a la mariposa, permitiéndole finalmente volar libremente. - ¡Muchas gracias, amiga abeja! Eres muy amable por ayudarme -dijo la mariposa mientras revoloteaba alrededor de Bea en señal de alegría. - De nada. Me alegra poder ayudarte.

¿Qué te trajo a este bosque tan hermoso? -preguntó Bea intrigada. La mariposa explicó que estaba buscando néctar para llevarlo a su familia que vivía al otro lado del bosque.

Admirada por la valentía y generosidad de la mariposa, Bea decidió acompañarla en su travesía hacia el hogar de la familia de mariposas. Mientras volaban juntas sobre los árboles y las flores, Bea y la mariposa compartieron historias sobre sus vidas y experiencias en el bosque.

La abeja aprendió mucho sobre la importancia de la colaboración, la solidaridad y el compañerismo en la naturaleza. Finalmente, llegaron al claro donde vivían las mariposas junto a un campo lleno de flores multicolores.

La familia de la mariposa recibió a Bea con cariño y gratitud por haber ayudado a uno de sus miembros queridos. -Gracias por traer a nuestra amiga sana y salva a casa -dijeron las demás mariposas emocionadas.

Bea se despidió con alegría sabiendo que había hecho nuevos amigos en el bosque gracias a su bondad y disposición para ayudar al prójimo.

Mientras regresaba a su colmena, llevaba consigo el calor del cariño recibido durante su aventura en busca de polinizar flores blancas; sabiendo que siempre es mejor trabajar juntos para lograr grandes cosas en armonía con todos los seres del bosque.

FIN.

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