La solidaridad en Villa Feliz


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, donde vivían muchos animalitos felices y trabajadores. Entre ellos estaban Panchito el perrito, Carlitos el gatito, Lulú la conejita y Anita la ratoncita.

Un día, los animalitos se reunieron en la plaza del pueblo para escuchar al sabio búho Don Sabino, quien siempre tenía respuestas a todas sus preguntas. Esta vez querían saber qué era eso de "la seguridad social" que tanto escuchaban decir a los adultos.

Don Sabino miró a los curiosos animalitos y les dijo: "La seguridad social es como una gran familia que cuida de todos nosotros cuando lo necesitamos".

Los ojitos de Panchito brillaron emocionados y preguntó: "¿Cómo funciona eso?"El sabio búho sonrió y comenzó su historia:"Hace mucho tiempo, en Villa Feliz existía un gran árbol llamado El Árbol Solidario. Este árbol mágico tenía ramas llenas de hojas doradas que representaban las necesidades de cada uno de nosotros".

Los animalitos se acercaron más atentos para no perder detalle. "Cada uno de ustedes trabaja duro en lo que mejor sabe hacer", continuó Don Sabino.

"Pero a veces ocurren cosas inesperadas como accidentes o enfermedades que nos impiden seguir trabajando por un tiempo". Los animales asintieron comprensivamente mientras escuchaban con atención. "Cuando alguien tiene una necesidad debido a algún imprevisto, toma una hoja dorada del Árbol Solidario", explicó Don Sabino. "Esa hoja representa dinero para cubrir sus gastos mientras se recupera".

Los animalitos miraron asombrados el gran árbol y se imaginaron todas las hojas doradas brillando. "Pero, ¿quién pone ese dinero en las hojas?", preguntó Carlitos confundido. Don Sabino sonrió y dijo: "Todos ustedes contribuyen a la seguridad social.

Cada vez que trabajan, una parte de su salario va al Árbol Solidario para ayudar a los demás". Los animales se miraron entre sí y entendieron lo importante que era colaborar con los demás.

"¡Entonces todos somos una gran familia!", exclamó Lulú emocionada. "Nos cuidamos unos a otros cuando más lo necesitamos". Don Sabino asintió con orgullo y añadió: "Así es, queridos animalitos. La seguridad social nos enseña el valor de la solidaridad y el apoyo mutuo.

Todos podemos tener momentos difíciles en la vida, pero juntos podemos superarlos". Los animales aplaudieron emocionados y prometieron trabajar aún más duro para mantener viva la magia del Árbol Solidario.

Desde aquel día, Villa Feliz se convirtió en un lugar donde reinaba la solidaridad, gracias a la comprensión de los animalitos sobre la importancia de la seguridad social.

Y así fue como cada uno de ellos aprendió que cuidarse mutuamente es lo más valioso que pueden hacer como miembros de esa gran familia llamada sociedad. Y colorín colorado, esta historia ha terminado, pero no olvidemos nunca ser solidarios y ayudarnos siempre que podamos.

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