La Sombra de la Noche



En un pequeño pueblo llamado Luz de Luna, los niños esperaban con emoción la llegada de la noche. Al caer el sol, el cielo se llenaba de estrellas brillantes y la luna iluminaba el paisaje. Sin embargo, había un misterio que los rodeaba: la Sombra de la Noche. Los más grandes del pueblo decían que era un personaje travieso que robaba la luz de las estrellas.

Una noche, un grupo de amigos decidió que ya era hora de descubrir la verdad. Estaban Sofía, una niña curiosa que siempre tenía mil preguntas; Mateo, un chico valiente que nunca se daba por vencido; y Lucía, la más pequeña del grupo, pero con un corazón muy grande.

"¿Y si la Sombra de la Noche no es mala, sino que necesita ayuda?" - propuso Sofía entusiasmada.

"¡Sí! Podríamos ir a buscarla y preguntarle" - contestó Mateo.

"Pero, ¿y si nos da miedo?" - dudó Lucía, mirando las estrellas

"No hay nada de qué tener miedo si vamos juntos, amiga" - la animó Mateo. "Sólo es eso, un misterio. Y si logramos resolverlo, tal vez todos en el pueblo puedan dormir tranquilos."

Así fue como, armados con linternas y mucha valentía, los tres amigos salieron a la aventura. Caminando entre los árboles del bosque, siguieron el rastro de las sombras. De repente, se encontraron con un claro lleno de luces tenues y suaves susurros.

"¿Ven eso?" - dijo Sofía, señalando un grupo de especies luminosas. "Es como si la noche estuviese viva."

"No seamos imprudentes, quizás sea una trampa" - dijo Lucía, mirando de reojo.

"No, no. Solo sigamos un poco más" - insistió Mateo.

Al acercarse, los amigos se dieron cuenta de que estaban rodeados de criaturas de luz: luciérnagas, que danzaban en patrones perfectos.

"Hola, niños" - dijo una luciérnaga amiga llamada Aurora. "Nosotras somos las guardianas de la luz. La Sombra de la Noche no roba luz, la guarda para protegernos durante el día. Sin su ayuda, el sol no podría descansar."

Sofía y Mateo se miraron sorprendidos, mientras Lucía preguntó:

"¿Cómo podemos ayudar a la Sombra?"

Aurora sonrió, mostrando sus pequeñas luces.

"Solo deben aprender a ver el valor de la oscuridad. A veces, las cosas no son como parecen. Esta noche, invítame a una fiesta de estrellas. Tal vez la Sombra se sienta sola y venga a disfrutar con nosotros."

Emocionados, los amigos se pusieron a organizar la fiesta. Decoraron el claro con ramas y flores, preparando un festín encantador. Cuando la luna estuvo en su punto más alto, ¡la fiesta comenzó! Las luciérnagas llenaron el aire con su luz y los amigos cantaron alegres.

De repente, sintieron un soplo de aire fresco. Una figura oscura apareció entre los árboles. Era la Sombra de la Noche, y parecía un poco triste.

"¿Quiénes son ustedes?" - preguntó con voz suave y serena.

"¡Hola! Somos Sofía, Mateo y Lucía. Te hemos estado buscando. Queríamos invitarte a una fiesta de estrellas" - gritó Mateo con entusiasmo.

La Sombra, al principio, dudó.

"No creo que alguien quiera estar conmigo. Soy solo una sombra."

"¡Eso no es cierto!" - exclamó Lucía. "Todos necesitas amigos. Ven, aquí te queremos."

Luego de un momento, la Sombra se acercó. Justo en ese instante, las luciérnagas comenzaron a danzar a su alrededor, creando un espectáculo asombroso.

"¿Por qué no me invitaron antes?" - preguntó la Sombra, comenzando a sonreír.

"Nunca pensamos que quisieras divertir”, dijo Sofía. “Y nos dimos cuenta de que la noche es muy especial cuando estamos juntos."

A medida que la noche avanzaba, los cuatro comenzaron a contarse historias, a reír y a jugar. La Sombra de la Noche no solo era amiga de las estrellas, también era parte de la aventura.

Cuando la fiesta llegó a su fin, prometieron reunirse cada mes, así cada nueva luna sería el momento de celebrar la amistad y el valor de la sombra y la luz.

Al regresar a casa, los amigos se sintieron felices. Sofía dijo:

"Hoy aprendí que las sombras no siempre son malas. A veces, solo necesitan un poco de amor y luz."

Y así, con cada nueva luna, Luz de Luna fue un lugar donde la Sombra de la Noche y sus amigos celebraban la magia que cada uno llevaba dentro, recordando que juntos, la luz y la sombra pueden crear hermosas historias.

FIN.

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