La Sombra en la Oficina



Era un día común en la oficina, donde Marinela se esfuerzo por completar el trabajo de sus compañeros. El suave resplandor de la luz del atardecer filtraba a través de las ventanas, proyectando largas sombras sobre las paredes.

- ¡Esto es una locura! - exclamó Marinela, apilando documentos y mirando a su alrededor. - ¿Por qué siempre tengo que hacer el trabajo de todos? Quiero tener tiempo para mis propios proyectos.

Mientras Marinela se sentaba a terminar una presentación, notó que la sombra en la pared parecía moverse de una manera peculiar, como si estuviera tratando de comunicarse con ella.

- ¿Hola? - dijo Marinela, sorprendida. - ¿Eres una sombra que puede hablar?

Para su asombro, la sombra comenzó a moldearse, formando una figura amistosa.

- Sí, soy Sombra, y he vivido aquí mucho tiempo. He sentido tu frustración y quería ayudarte.

Marinela, incrédula pero intrigada, preguntó:

- ¿Cómo podés ayudarme?

- Puedo enseñarte a organizar tu tiempo y trabajar de forma más eficiente, para que no tengas que hacer el trabajo de otros y puedas dedicarte a lo que realmente amas. - respondió Sombra con una sonrisa.

Con la mente abierta, Marinela aceptó la ayuda de Sombra. Juntas, comenzaron a trabajar en un plan.

- Primero, haremos una lista de tus tareas diarias. - dijo Sombra. - Así podrás identificar qué es lo más importante.

Marinela escribió con cuidado sus tareas y se dio cuenta de que algunos trabajos de sus compañeros podrían Ser delegados. Se sintió aliviada.

- ¡Miralo! - exclamó Marinela al ver la lista. - Hay tanto que puedo compartir con los demás. Esto es un gran comienzo.

Sombra sonrió y continuó:

- Ahora, estableceremos un horario con pequeños descansos. Esto te ayudará a mantener la concentración y evitar el agotamiento.

Marinela se sintió inspirada. Prestó atención a los consejos de Sombra y comenzó a implementar cambios en su trabajo. Hizo su lista, organizó su tiempo, e incluso se atrevió a hablar con sus compañeros sobre compartir responsabilidades.

Con el tiempo, Marinela se sintió más feliz y realizada. Ya no estaba abrumada con el trabajo ajeno y comenzó a llevar a cabo su propio proyecto, una iniciativa ecológica en la oficina que todos apoyaron.

Un día, mientras conversaba con sus compañeros sobre su nueva idea, notó que la sombra ya no estaba tan presente como antes.

- ¿Sombra? - llamó Marinela. - ¿Te vas?

- No es que me vaya, Marinela. - respondió una voz suave desde la sombra. - Has aprendido a valerte por ti misma y ya no me necesitas tanto. Estoy aquí si alguna vez me buscas, pero ahora es tu momento de brillar.

Marinela sonrió, sintiendo una mezcla de tristeza y alegría.

- Gracias, Sombra. Te prometo que seguiré aplicando lo que aprendí.

Desde aquel día, Marinela se convirtió en una líder en la oficina, ayudando a sus compañeros a ser más organizados y a trabajar en equipo. Y aunque no siempre veía a Sombra, sabía que su amiga invisible siempre estaría ahí, en caso de necesitarla.

- Nunca te olvides de cuidar tu tiempo y tus sueños. - decía a todos - Eso es lo que realmente importa.

Y así, la colaboración y el trabajo en equipo florecieron en la oficina, gracias a los esfuerzos de Marinela, con una pequeña ayuda de una sombra mágica que la guiaba hacia el éxito.

FIN.

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