La sonrisa de Francisco



En un barrio tranquilo, vivía un niño llamado Francisco. Francisco era un niño especial, tenía una deficiencia cognitiva que hacía que las cosas se le complicaran un poquito más que al resto de los chicos. Pero eso no era un obstáculo para él, ya que tenía un corazón gigante y siempre estaba dispuesto a ayudar a sus amigos. A pesar de que a veces las cosas no eran fáciles, Francisco siempre veía la vida con optimismo y una gran sonrisa en su rostro.

Un día, en la escuela, los amigos de Francisco estaban tristes y desanimados. Había una competencia de dibujo en la escuela, y todos querían ganar, pero no estaban seguros de poder hacerlo. Francisco notó que sus amigos necesitaban un poco de ánimo y se acercó a ellos con su sonrisa radiante.

- ¿Qué les pasa, amigos? -preguntó Francisco con su voz amable y tranquila.

- Estamos tristes porque no creemos que podamos ganar la competencia de dibujo -contestó Martín, uno de los amigos de Francisco.

- No se preocupen, chicos. Yo puedo ayudarlos a encontrar la inspiración para sus dibujos. Vamos a hacerlo juntos, verán que sí podemos -dijo Francisco con determinación.

Los amigos de Francisco no estaban muy convencidos, pero su entusiasmo era tan contagioso que decidieron darle una oportunidad. Francisco los llevó a un hermoso parque cercano, donde les mostró las flores de colores brillantes, los árboles altísimos y el cielo azul. Les recordó lo maravilloso que era el mundo que los rodeaba, y poco a poco, sus amigos comenzaron a sentirse inspirados.

Con la ayuda de Francisco, los chicos se sentaron en el pasto y comenzaron a dibujar. Francisco les daba consejos y los alentaba, siempre con una sonrisa en el rostro. Poco a poco, los dibujos de sus amigos comenzaron a tomar forma, y todos estaban sorprendidos de lo que estaban logrando.

El día de la competencia llegó, y los dibujos de los amigos de Francisco eran increíbles. Habían capturado la belleza del parque y la alegría que sentían al estar juntos. Cuando llegó el momento de anunciar al ganador, el jurado quedó impresionado por el talento de los chicos. Y el premio se lo llevaron... ¡todos juntos! Porque habían trabajado en equipo y se habían apoyado mutuamente.

Desde ese día, los amigos de Francisco aprendieron que no importa cuán difícil parezca algo, siempre hay una forma de encontrar alegría y superar los desafíos. Y todo gracias a la hermosa sonrisa y el espíritu optimista de Francisco, quien demostró que con amor, amistad y una actitud positiva, se pueden lograr cosas maravillosas.

FIN.

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