La sonrisa de Mateo



En el hermoso pueblo de Coroico vivía Mateo, el niño más alegre de todos. Siempre estaba sonriendo y contagiando su alegría a todos los que lo rodeaban. Un día, mientras paseaba por el bosque, encontró a un pajarito herido.

Sin dudarlo, lo llevó a su casa y cuidó de él con mucho amor y paciencia. El pajarito, agradecido, le enseñó a Mateo la importancia de ayudar a los demás y cómo una pequeña acción puede hacer una gran diferencia.

Con el tiempo, Mateo se convirtió en un ejemplo para los demás niños del pueblo, siempre dispuesto a ayudar y con una sonrisa en el rostro.

Su bondad y alegría se hicieron famosas y muchos viajeros llegaban al pueblo de Coroico para recibir un poco de la luz que irradiaba Mateo. Aunque tuvo muchos desafíos, nunca perdió su sonrisa y su fe en la bondad del mundo.

Finalmente, el pueblo entero decidió honrar a Mateo dedicándole un parque lleno de árboles y flores, donde la gente podía recordar su legado de amor y amabilidad. La sonrisa de Mateo continuó brillando en los corazones de todos, recordándoles que la verdadera felicidad se encuentra en el servicio a los demás.

FIN.

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