La sonrisa valiente de Lola



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Lola. Tenía el cabello oscuro como la noche y unos ojos brillantes como estrellas en el cielo.

Pero lo que más resaltaba de Lola era su sonrisa, tan radiante y hermosa que iluminaba a todos a su alrededor.

A Lola le encantaba jugar en el parque con sus amigos, corretear por los campos verdes y disfrutar de los dulces sabores de las frutas frescas que crecían cerca de su casa. Sin embargo, había algo que a veces olvidaba hacer: cepillarse los dientes después de cada comida. Un día, mientras mordisqueaba una manzana jugosa, Lola sintió un dolor punzante en uno de sus dientes.

-¡Ay! ¡Qué dolor! -exclamó mientras se llevaba la mano a la boca. Su mamá, al escucharla gritar, se acercó preocupada. -¿Qué te pasa, mi amor? -preguntó con ternura.

-Lola explicó entre sollozos-: Me duele mucho este diente cuando muerdo algo duro. La mamá examinó el diente y notó que tenía una cavidad oscura. -Oh, querida... parece que tienes una caries. Deberíamos ir al dentista para que lo revise y arregle ese diente cuanto antes.

Lola asintió con tristeza. No le gustaba la idea de ir al dentista; temía las herramientas afiladas y los ruidos extraños que solían escucharse en esa consulta médica. Pero sabía que debía cuidar sus dientes para mantener esa sonrisa tan especial.

Así que se armó de valor y decidió enfrentarse a su miedo por el bienestar de su salud bucal. Y así comenzó la aventura de La Lola en busca del remedio para su doloroso diente...

FIN.

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