La sorprendente historia de la araña negra
Había una vez en un frondoso bosque, una pequeña y valiente araña negra llamada Matilde. Matilde vivía en una intrincada telaraña que tejió con esmero entre las ramas de un antiguo roble.
A diferencia de otras arañas, a Matilde le encantaba explorar el bosque y conocer a otros animales. Un día, mientras recorría las ramas, escuchó murmullos entre los animales del bosque. Al acercarse, descubrió que su amiga la mariposa estaba llorando desconsolada.
- ¿Qué sucede, querida mariposa? - preguntó Matilde con preocupación. La mariposa entre sollozos le contó a Matilde que el malvado Murciélago, con sus largas y afiladas garras, había destruido su hermosa crisálida. Matilde, con valentía y determinación, se ofreció a ayudar a su amiga.
Decidida a enfrentar al Murciélago, Matilde ideó un ingenioso plan. Con paciencia y astucia, tejió una telaraña especialmente resistente y brillante, capaz de reflejar la luz de la luna. Cuando la noche cayó, el Murciélago salió en busca de su próxima presa.
Al ver el destello de la telaraña, se acercó con curiosidad y terminó enredado en la hábil trampa de Matilde.
La araña negra, con amabilidad, le pidió al Murciélago que detuviera sus malas acciones y que aprendiera a convivir en armonía con los demás habitantes del bosque. El Murciélago, sorprendido por la valentía y nobleza de Matilde, prometió cambiar su forma de actuar. Desde ese día, el bosque fue un lugar más pacífico y todos los animales vivieron en armonía.
Matilde enseñó a sus amigas arañas a usar su astucia y habilidad para ayudar a quien lo necesitara, convirtiéndose en un ejemplo de valentía y bondad.
Y así, la araña negra demostró que, con determinación y compasión, se puede hacer del mundo un lugar mejor.
FIN.