La sorpresa de Enrique
Enrique, Andrés y Lucía eran tres amigos inseparables que vivían en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre. Estaban emocionados porque se acercaba el cumpleaños de Enrique, y estaban planeando una gran fiesta para celebrar.
"¡Chicos, estoy tan emocionado por mi cumpleaños! ¿Qué sorpresas tienen preparadas para mí?", preguntó Enrique con una sonrisa. "¡Es secreto! ¡Pero te va a encantar!", respondió Lucía misteriosamente.
Esa tarde, los tres amigos se reunieron en la casa de Enrique para ultimar los detalles de la fiesta. Decoraron con globos de colores, prepararon juegos divertidos y tenían listo un delicioso pastel de chocolate. "¡Todo está listo! Solo falta tu regalo", dijo Andrés guiñándole un ojo a Lucía.
En ese momento, tocaron la puerta y entró un grupo de payasos que habían contratado para animar la fiesta. Todos se divirtieron mucho con sus bromas y malabares.
"¡Esto es genial! ¡Gracias chicos por organizar esta increíble fiesta!", exclamó Enrique emocionado. De repente, los payasos hicieron una pausa y dijeron: "¡Ahora es tiempo del regalo especial!" Y entre risas y aplausos, sacaron un enorme paquete envuelto en papel brillante.
"¿Para mí? ¡No puedo creerlo!", dijo Enrique mientras abría el regalo con ansias. Dentro del paquete encontró una caja llena de pinturas y pinceles de colores. Sus ojos se iluminaron al instante. "¡Es perfecto! Siempre quise aprender a pintar", exclamó felizmente.
Desde ese día, Enrique descubrió su pasión por el arte y pasaba horas dibujando paisajes, retratos e imaginando mundos fantásticos. Sus amigos lo apoyaban siempre e incluso organizaban exposiciones donde podía mostrar su talento al pueblo entero.
La fiesta de cumpleaños no solo fue un momento especial lleno de alegría y diversión, sino que también marcó el inicio de una nueva aventura para Enrique como artista.
Y juntos aprendieron que los verdaderos regalos no son solo objetos materiales, sino experiencias que nos inspiran a seguir nuestros sueños.
FIN.