La sorpresa de Martina
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, una mamá llamada Martina que era conocida por todos como "la mejor mamá". Martina tenía dos hijos, Lucas y Sofía, a quienes amaba con todo su corazón.
Siempre estaba dispuesta a ayudarlos, escucharlos y hacerlos reír. Un día, Lucas y Sofía decidieron hacerle una sorpresa a Martina por el Día de la Madre. Querían demostrarle cuánto la querían y apreciaban todo lo que hacía por ellos.
Así que se pusieron manos a la obra para preparar algo especial. - ¡Lucas, Sofía! ¿Qué están tramando? -preguntó Martina curiosa al ver a sus hijos tan concentrados en algo. - Es una sorpresa, mamá.
No podemos decirte nada todavía -respondió Sofía con una sonrisa traviesa. Los días pasaron y finalmente llegó el Día de la Madre.
Martina se despertó con el desayuno en la cama que habían preparado Lucas y Sofía: panqueques con frutas y jugo de naranja fresco. La habitación estaba decorada con globos y carteles hechos a mano que decían "Feliz Día Mamá". - ¡Oh, qué hermoso! ¡Muchas gracias mis amores! -exclamó Martina emocionada al ver la sorpresa.
Después del desayuno, Lucas le entregó un sobre a su mamá. Dentro había un cupón que decía: "Vale por un día entero de actividades juntos". Martina no podía contener su emoción ante ese regalo tan especial.
- ¡Qué lindo detalle chicos! Estoy ansiosa por pasar el día juntos -dijo Martina abrazando a sus hijos. Salieron juntos a disfrutar del día soleado en Villa Feliz. Primero fueron al parque de diversiones donde montaron en las atracciones más divertidas y comieron algodón de azúcar.
Luego fueron al zoológico donde vieron animales exóticos y aprendieron cosas nuevas sobre la naturaleza. Al caer la tarde, decidieron ir a cenar a su restaurante favorito.
Mientras esperaban los platos, Sofía tomó la palabra:- Mamá, queremos decirte lo mucho que te queremos y apreciamos todo lo que haces por nosotros. Eres la mejor mamá del mundo y estamos muy felices de tenerte como madre. Martina sintió cómo las lágrimas de emoción asomaban en sus ojos.
Abrazó fuerte a sus hijos sintiéndose inmensamente feliz y realizada. - Gracias mis amores, ustedes son lo más importante para mí en este mundo.
Ser su mamá es el regalo más grande que he recibido -dijo Martina con voz temblorosa pero llena de amor. Esa noche volvieron a casa llenos de alegría y amor compartido. Lucas y Sofía se durmieron felices sabiendo que tenían no solo a la mejor mamá del mundo sino también una familia unida e inquebrantable.
Y así, en Villa Feliz continuaron viviendo aventuras juntos, demostrando cada día cuánto se querían los unos a los otros gracias al amor incondicional de "la mejor mamá".
FIN.