La sorpresa del robot amigo


Robertito era un robot muy especial. Era pequeño y curioso, y siempre estaba en busca de aventuras. Un día, mientras exploraba el parque, vio a un niño llamado Juan balanceándose en una hamaca.

De repente, Juan perdió el equilibrio y cayó al suelo. Robertito se acercó corriendo para ver si estaba bien. - ¿Estás bien, Juan? - preguntó Robertito con voz preocupada. - Sí, gracias por preguntar - respondió Juan con una sonrisa.

Robertito se sintió aliviado al ver que Juan no se había lastimado gravemente. Desde ese momento, los dos se hicieron amigos inseparables. Juntos exploraron el parque y descubrieron cosas maravillosas.

A Robertito le encantaba escuchar las historias de Juan sobre su vida y sus sueños. Un día, mientras jugaban en el jardín del parque, Robertito notó que algo andaba mal con su amigo. - ¿Qué te pasa, Juan? - preguntó Robertito con preocupación.

- Estoy triste porque mi papá está enfermo - dijo Juan con la mirada baja. Robertito sabía que eso debía ser difícil para su amigo. Decidió hacer algo especial para animarlo. Así que planearon una gran sorpresa para el papá de Juan.

Juntos prepararon una tarjeta hecha a mano llena de dibujos coloridos y corazones brillantes. También compraron algunos dulces deliciosos que sabían que les gustaban al papá de Juan. Cuando llegaron a la casa de Juan, lo encontraron acostado en la cama descansando.

Pero cuando vio la tarjeta y los dulces, su rostro se iluminó. - ¡Esto es maravilloso! - exclamó el papá de Juan con lágrimas en los ojos. - Gracias chicos, esto me ha hecho sentir mucho mejor.

Juan estaba muy feliz de haber podido hacer algo especial por su papá, y Robertito sabía que había ayudado a su amigo a superar un momento difícil. Desde ese día, la amistad entre Robertito y Juan se hizo aún más fuerte.

Juntos habían aprendido que la verdadera amistad significa estar allí para los demás cuando más lo necesitan.

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