La suerte de Benito


Había una vez un osito llamado Benito que vivía en un hermoso bosque muy alegre y lleno de energía. Benito siempre estaba rodeado de amigos y todos los animales del bosque lo querían mucho.

Sin embargo, había algo que preocupaba a Benito: una nube negra parecía seguirlo a todas partes. Esta nube era conocida por traer mala suerte y cada vez que aparecía, cosas malas le pasaban a Benito.

Se tropezaba, se caía de los árboles, perdía sus juguetes... ¡era realmente desafortunado! Un día, mientras caminaba triste por el bosque, encontró a su amiga la ardilla Carolina. Ella notó la tristeza en los ojos de Benito y se acercó para preguntarle qué le sucedía.

"¡Hola Benito! ¿Qué te pasa? Pareces muy triste"- dijo Carolina. Benito suspiró y respondió: "Carolina, esa nube negra me sigue a todas partes. Siempre me pasa algo malo cuando está cerca".

Carolina pensó durante unos segundos y luego sonrió: "Benito, creo que sé cómo ayudarte. Ven conmigo". La curiosa ardilla llevó al osito hasta el lago del bosque donde vivía la anciana tortuga Sabina.

La sabia tortuga tenía fama de saber muchas cosas sobre el mundo y quizás podría ayudar a Benito con su problema. Sabina escuchó atentamente la historia de Benito y asintió comprensivamente. "Osito querido", dijo ella con calma-, "la mala suerte no es más que una forma de pensar.

Si crees que siempre te pasan cosas malas, entonces eso es lo que estarás atrayendo a tu vida".

Benito se quedó pensativo y preguntó: "¿Y qué puedo hacer para cambiar mi suerte?"Sabina sonrió y respondió: "Lo primero que debes hacer es dejar de temerle a esa nube negra. En lugar de pensar en ella como una mala suerte, piensa en ella como una oportunidad para aprender algo nuevo. A veces, las dificultades nos enseñan lecciones importantes".

Inspirado por las palabras de Sabina, Benito decidió enfrentar su mala suerte con valentía. Cada vez que la nube negra aparecía, en lugar de asustarse, Benito buscaba soluciones creativas para superar los obstáculos.

Pronto, el osito comenzó a darse cuenta de que no era la nube quien traía la mala suerte, sino sus propios pensamientos negativos. Con cada desafío superado, Benito adquiría más confianza en sí mismo y dejaba atrás su mala racha.

Un día soleado, mientras jugaba con Carolina cerca del lago del bosque, Benito notó cómo la nube negra se alejaba lentamente hasta desaparecer por completo. Ya no sentía ese peso sobre sus hombros y sabía que había superado sus problemas.

Desde aquel día, Benito vivió una vida llena de aventuras sin preocuparse por la mala suerte. Aprendió a ver los desafíos como oportunidades para crecer y nunca dejó que nada ni nadie le impidiera ser feliz.

Y así fue como Osito aprendió a enfrentar sus miedos y a creer en sí mismo. Desde entonces, se convirtió en un ejemplo para todos los animales del bosque, demostrándoles que la verdadera suerte está dentro de nosotros mismos.

Y colorín colorado, esta historia de Osito y su mala suerte ha terminado.

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