La tabla del dos en la selva



En lo profundo de la selva, en un lugar mágico y lleno de vida, vivían todos los animales felices y en armonía. Había monos juguetones, tucanes coloridos, jaguares dormilones y una familia muy especial: los elefantes Sabrina y Tito.

Sabrina y Tito eran dos elefantes curiosos que siempre estaban buscando nuevas aventuras. Un día, mientras paseaban por el bosque, se encontraron con un tablero gigante con números del 1 al 10 escritos en cada casilla.

- ¡Mira, Tito! ¿Qué será esto? -preguntó Sabrina levantando su trompa para tocar el tablero. - No lo sé, Sabri. Pero parece interesante. Veamos qué hay escrito aquí... "Tabla del dos" - leyó Tito en voz alta.

Los elefantes se miraron sorprendidos y decidieron investigar más sobre esa tabla del dos. De repente, apareció el sabio búho Ulises, quien les explicó que la tabla del dos era una forma divertida de aprender a multiplicar.

- Chicos, si aprenden la tabla del dos podrán multiplicar cualquier número por dos de manera muy rápida. Es algo muy útil e importante - les dijo Ulises con sabiduría.

Los elefantes se emocionaron al escuchar eso y decidieron ponerse manos a la obra para aprenderla. Con la ayuda de todos los animales de la selva, crearon juegos y actividades para practicar la tabla del dos todos juntos.

- ¡Dos por uno es igual a dos! - gritaba el mono Marcelo mientras saltaba de rama en rama. - ¡Y dos por cinco es igual a diez! ¡Lo estoy entendiendo! - exclamó emocionado el tucán Tomás desde lo alto de un árbol.

Así pasaron los días, entre risas y aprendizaje, hasta que llegó el momento de poner a prueba sus conocimientos. Organizaron un gran concurso donde debían resolver problemas matemáticos utilizando la tabla del dos.

El jaguar Juan fue el presentador y leyó en voz alta: "Si tenemos cuatro plátanos y cada plátano vale dos cocos, ¿cuántos cocos tenemos en total?". Los animales comenzaron a calcular rápidamente con sus patitas o garras e iban dando las respuestas:- ¡Ocho cocos! - gritaron Sabrina y Tito al unísono mientras agitaban sus enormes orejas.

Finalmente llegó el turno de saber quién ganaría el premio al mejor calculador de la tabla del dos. El búho Ulises anunció:- Y el ganador es...

¡todos ustedes! Han demostrado que trabajando juntos pueden lograr grandes cosas y aprender algo nuevo cada día. Estoy muy orgulloso de ustedes. Los animales celebraron bailando bajo las estrellas esa noche tan especial.

Estaban felices no solo por haber aprendido algo nuevo, sino también por haber fortalecido su amistad y trabajo en equipo. Desde ese día en adelante, los animales de la selva nunca más le tuvieron miedo a las matemáticas gracias a la increíble aventura que vivieron junto a Sabrina y Tito descubriendo la maravillosa tabla del dos.

FIN.

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