La tarta de chocolate de Simon



Había una vez un cerdito llamado Simon que vivía en una granja junto a sus hermanos. Siempre estaban juntos y les encantaba jugar y divertirse.

Un día, Simon tuvo una maravillosa idea: quería hacer una deliciosa tarta de chocolate para sorprender a sus hermanos y pasar un rato agradable con ellos. Simon se levantó temprano por la mañana y corrió hasta la cocina de la granja.

Agarró su delantal favorito, se puso el gorro de chef en la cabeza y comenzó a buscar los ingredientes necesarios para hacer la tarta. Primero, buscó en los armarios el cacao en polvo, el azúcar, la harina y los huevos frescos.

Luego fue al refrigerador y encontró leche, mantequilla y crema batida. Simon estaba emocionado porque tenía todo lo que necesitaba para hacer su tarta de chocolate. Comenzó mezclando todos los ingredientes secos en un bol grande.

Luego agregó los huevos uno por uno mientras removía lentamente con una cuchara de madera. A medida que iba añadiendo la leche poco a poco, empezaba a notarse esa deliciosa fragancia a chocolate inundando toda la cocina.

Cuando terminó de mezclar todo, Simon vertió la masa en un molde redondo engrasado y lo metió al horno precalentado. Mientras esperaba pacientemente a que se cocinara, decidió preparar algo especial para decorarla. Tomó unas cuantas fresas frescas del jardín trasero de la granja y las cortó en rodajas finas.

También encontró algunas hojas de menta que le darían un toque fresco y aromático a su tarta. Simon estaba tan feliz mientras preparaba todo con tanto cuidado.

Finalmente, el increíble aroma a chocolate invadió toda la cocina y Simon supo que su tarta estaba lista. Sacó el molde del horno y dejó que se enfriara sobre una rejilla. Mientras esperaba, decidió hacer una pequeña prueba para asegurarse de que estuviera perfecta.

Cortó un pedazo pequeño, lo probó y quedó asombrado por lo deliciosa que era. Estaba tan orgulloso de sí mismo por haber logrado hacer esa maravillosa tarta de chocolate para sus hermanos.

Llegada la tarde, los hermanos de Simon regresaron a casa después de jugar en el campo. Al entrar en la cocina, fueron recibidos por un delicioso aroma a chocolate y vieron a Simon sonriendo junto a una hermosa tarta decorada con fresas y menta.

- ¡Simon! ¿Hiciste esto para nosotros? - exclamaron emocionados sus hermanos. - Sí, quería sorprenderlos y pasar un rato divertido juntos - respondió Simon con alegría.

Los cerditos se sentaron alrededor de la mesa y disfrutaron cada bocado de aquella exquisita tarta hecha con tanto amor por su querido hermanito. Rieron, charlaron y compartieron historias mientras saboreaban el dulce sabor del chocolate. Ese día, Simon aprendió que cuando pones todo tu esfuerzo e ilusión en algo, puedes crear momentos especiales llenos de felicidad y amor.

Y así, el cerdito Simon se convirtió en un experto chef de tartas de chocolate, siempre dispuesto a sorprender a sus seres queridos con sus deliciosas creaciones.

FIN.

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