La taza mágica del bosque



Había una vez, en un hermoso bosque lleno de árboles mágicos, un pequeño cubo llamado Cubo. Cubo era muy curioso y siempre estaba buscando aventuras.

Un día, mientras exploraba el bosque, se encontró con Mariposa, una mariposa colorida y juguetona. - ¡Hola Cubo! ¿Qué estás haciendo por aquí? - dijo Mariposa mientras revoloteaba a su alrededor. - Hola Mariposa. Estoy buscando algo emocionante para hacer hoy. ¿Tienes alguna idea? - respondió Cubo con entusiasmo.

Mariposa pensó por un momento y luego sonrió. - Tengo una idea genial. Vamos a construir una taza mágica hecha de madera del árbol más antiguo del bosque.

Dicen que esta taza puede conceder deseos si la usas correctamente - dijo Mariposa emocionada. Cubo se emocionó mucho ante la idea de tener una taza mágica y decidió seguir a Mariposa hasta el árbol más antiguo del bosque. Juntos, buscaron ramas caídas en el suelo para construir la taza perfecta.

Después de mucho trabajo duro, finalmente terminaron la taza mágica y la colocaron en un lugar especial cerca del árbol antiguo. Pero antes de poder usarla, tuvieron que encontrar agua pura de un manantial cercano para llenarla.

Los dos amigos volaron hacia el manantial y llenaron la taza con cuidado. Cuando regresaron al árbol antiguo, notaron que había alguien allí esperándolos: Árbol, el guardián del bosque. - Hola, queridos amigos. Veo que han construido una taza mágica.

Pero antes de usarla, deben aprender a usarla con responsabilidad y sabiduría - dijo Árbol en su voz calmada y profunda. Cubo y Mariposa asintieron con respeto y escucharon atentamente las palabras de Árbol.

- Esta taza tiene el poder de conceder deseos, pero solo si se usa para ayudar a los demás y no para beneficio propio. Recuerden siempre que la verdadera magia está en hacer el bien - continuó Árbol.

Los dos amigos entendieron lo que Árbol les estaba enseñando y prometieron usar la taza mágica con cuidado. Decidieron comenzar por ayudar a los animales del bosque que necesitaban comida o refugio.

Día tras día, Cubo y Mariposa usaron la taza mágica para ayudar a los demás. Construyeron nidos para pájaros sin hogar, dieron comida a los conejos hambrientos e incluso curaron heridas en los ciervos lastimados.

Con cada acto de bondad, la taza mágica brillaba más fuerte y ambos amigos sentían una alegría inmensa en sus corazones al ver cómo mejoraban las vidas de los demás. Un día, mientras volaban por el bosque lleno de risas y felicidad, se encontraron con un zorro triste sentado bajo un árbol solitario.

El zorro les contó sobre su soledad y cómo anhelaba tener amigos con quienes jugar. Cubo y Mariposa intercambiaron miradas y supieron que era el momento de usar la taza mágica una vez más.

Juntos, hicieron un deseo para que el zorro encontrara amigos verdaderos. De repente, el bosque se llenó de risas y alegría cuando otros animales comenzaron a aparecer desde detrás de los árboles. Conejos, pájaros, ciervos y muchos otros animales se unieron al zorro bajo el árbol solitario.

El zorro estaba tan feliz que no podía contener su emoción. - ¡Gracias, Cubo y Mariposa! Ahora tengo amigos maravillosos con quienes jugar todos los días - dijo el zorro con gratitud en sus ojos brillantes.

Cubo y Mariposa sonrieron mientras veían cómo todos los animales reían y jugaban juntos. Supieron entonces que habían usado correctamente la taza mágica y habían hecho una diferencia real en las vidas de los demás.

Desde ese día en adelante, Cubo, Mariposa y todos los demás animales del bosque vivieron felices juntos. Aprendieron que la verdadera magia no solo está en tener deseos cumplidos sino también en compartir amor y bondad con aquellos que nos rodean.

FIN.

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