La tienda mágica de Margarita



Había una vez una vaca llamada Margarita que vivía en una granja. Margarita era muy especial, ya que era una vaca lechera que producía la leche más deliciosa de todo el campo.

Un día, mientras caminaba por el pasto verde y jugaba con sus amigos animales, Margarita tuvo una idea brillante. Decidió abrir su propia tienda de leche para compartir su maravillosa creación con todos los habitantes del lugar.

Margarita se puso manos a la obra y construyó un pequeño puesto en medio de la granja. Colocó un cartel que decía: "Leche fresca de Margarita, ¡la mejor del campo!"El primer cliente fue Don Pedro, un simpático granjero vecino.

Se acercó al puesto y preguntó: "¿Tienes leche fresca?"Margarita respondió emocionada: "¡Claro que sí! Tengo la mejor leche del campo". Don Pedro compró un litro de leche y cuando lo probó, quedó asombrado por su sabor tan rico y cremoso.

Le preguntó a Margarita cómo lograba hacerla tan especial. —"Bueno" , explicó ella orgullosa, "yo como pasto fresco todos los días y bebo mucha agua limpia. Además, recibo mucho amor y cariño de mis dueños".

Don Pedro quedó impresionado por las palabras de Margarita y decidió contarle a todos sus amigos sobre esa increíble vaca vendedora de leche. Pronto, el puesto de Margarita se llenaba cada día con clientes ansiosos por probar su rica leche.

Los niños, las mamás y los papás venían de todas partes para comprarla. Un día, mientras Margarita atendía a sus clientes habituales, apareció un señor misterioso llamado Don Lucas. Tenía una expresión triste en su rostro y se acercó al puesto con timidez. —"Hola" , dijo Margarita amablemente.

"¿En qué puedo ayudarte?"Don Lucas suspiró y respondió: "Vengo de muy lejos buscando una vaca que venda leche especial para mi hija Ana. Ella es intolerante a la lactosa y no puede beber cualquier tipo de leche".

Margarita sintió mucha empatía por Don Lucas y decidió ayudarlo. Le ofreció una muestra de su leche y explicó cómo era diferente a la leche regular. Don Lucas probó la muestra con cautela, pero luego sonrió ampliamente.

¡La leche de Margarita no causaba problemas a su hija!"¡Esto es increíble!", exclamó Don Lucas emocionado. "Mi hija podrá disfrutar de la deliciosa leche gracias a ti, Margarita".

A partir de ese día, Margarita comenzó a producir también leche sin lactosa especialmente para Ana. La noticia se difundió rápidamente por el campo y muchas personas con intolerancia pudieron disfrutar nuevamente de la maravillosa experiencia de tomar leche.

Margarita se convirtió en una verdadera heroína en el campo y todos la admiraban por su generosidad y habilidades especiales. Y así fue como nuestra querida vaca Margarita demostró que incluso los animales pueden tener talentos únicos que pueden cambiar vidas.

Su leche no solo era deliciosa, sino que también ayudó a aquellos con necesidades dietéticas especiales. Desde entonces, Margarita siguió vendiendo su leche y compartiendo su amor y generosidad con todos los que la visitaban en su puesto.

Y así, la vaca lechera se convirtió en un símbolo de esperanza y amistad en el campo.

FIN.

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