La tiendita mágica de Ada
Había una vez dos niños llamados Juan y Ana, quienes un día decidieron aventurarse por el bosque detrás de sus casas. Mientras exploraban, se encontraron con una tiendita muy peculiar. No recordaban haberla visto antes, pero decidieron entrar.
Al hacerlo, se sorprendieron al ver a una mujer sonriente y elegante, vestida con un traje brillante.
Ella era Ada, la madrina, y los recibió con cálidas palabras: '¡Bienvenidos a mi tiendita mágica! Aquí puedo concederles un deseo a cada uno, pero deben elegir con sabiduría'. Los ojos de Juan y Ana brillaron de emoción ante la idea de tener un deseo concedido. Juan pidió tener muchos dulces para siempre, y Ana pidió un juguete mágico que nunca se rompiera.
Ada, con su varita mágica, les concedió sus deseos. Pero en lugar de alegrarse, los niños notaron que algo no estaba bien. A pesar de tener todos los dulces que quería, Juan se sentía vacío.
Y Ana, a pesar de su nuevo juguete, se sentía sola. Entonces, Ada les explicó: 'A veces, lo que deseamos no es lo que realmente necesitamos. Los verdaderos tesoros de la vida no se obtienen con magia, sino con amor, amistad y generosidad'.
Conmovidos, Juan y Ana entendieron la lección. Decidieron pedir un deseo diferente: querían compartir su felicidad con los demás. Ada, orgullosa, cumplió su nuevo deseo, convirtiéndolos en seres mágicos capaces de llenar el mundo de alegría.
Desde ese día, Juan, Ana y Ada se convirtieron en amigos, enseñando a otros la verdadera magia de la bondad y la solidaridad.
FIN.