La tormenta de la amistad
En un hermoso día de verano, el sol brillaba en lo alto del cielo y las olas del mar besaban la orilla de la playa.
Un grupo de amigos, conformado por Luna, Martín, Valentina y Tomás, se encontraba disfrutando de un día perfecto bajo el cálido sol. -¡Qué lindo día para estar en la playa! -exclamó Luna mientras construía un castillo de arena. -¡Sí! Y el agua está perfecta para nadar -agregó Martín zambulléndose en el mar.
Valentina y Tomás se reían mientras jugaban con una pelota en la orilla. Todo parecía ir a la perfección hasta que de repente el viento comenzó a soplar con fuerza y las nubes cubrieron rápidamente el cielo.
-¡Oh no! ¡Creo que se viene una tormenta! -gritó Valentina señalando hacia el horizonte donde relámpagos empezaban a iluminar el cielo. Los amigos rápidamente recogieron sus cosas y corrieron hacia un refugio cercano.
La lluvia comenzó a caer con intensidad y los truenos resonaban en toda la playa. Luna abrazó a sus amigos asustada, pero tratando de mantenerse valiente. -¡Tranquilos chicos, todo va a estar bien! -dijo Luna intentando infundir calma en sus amigos.
La tormenta parecía no dar tregua, pero los amigos se mantenían juntos y buscaban formas de mantenerse seguros. Martín propuso jugar al escondite para distraerse mientras esperaban que pasara lo peor.
Entre risas y diversión, lograron pasar el tiempo hasta que finalmente la lluvia fue disminuyendo su intensidad. Poco a poco las nubes comenzaron a dispersarse y los rayos del sol volvieron a iluminar la playa. -¡Lo logramos chicos! ¡Sobrevivimos a la tormenta! -exclamó Tomás levantando los brazos victorioso.
Los cuatro amigos se abrazaron felices por haber pasado juntos por esa experiencia inolvidable. Aprendieron que cuando están unidos como equipo pueden superar cualquier desafío que se les presente.
Desde ese día, cada vez que veían una tormenta acercarse recordaban aquella tarde en la playa y cómo juntos lograron mantenerse fuertes frente a la adversidad. Y es que, como descubrieron Luna, Martín, Valentina y Tomás, los verdaderos amigos siempre están ahí para apoyarse mutuamente sin importar qué tan fuerte sople el viento o cuánto llueva.
FIN.