La Tormenta del Examen



Un día, Bautista se despertó temprano y emocionado para ir a la escuela. Había estudiado mucho para su examen de matemáticas y estaba seguro de que lo haría muy bien.

"Buenos días mamá, buenos días papá", dijo Bautista mientras se sentaba a desayunar. "¡Buenos días hijo! ¿Estás listo para tu examen?", preguntó Magali con una sonrisa en su rostro. "Sí mamá, he estado practicando mucho", respondió Bautista con confianza. Después del desayuno, Bautista se fue a la escuela.

En el camino encontró a sus amigos Lucas y Sofía quienes también iban al colegio. "Hola chicos, ¿cómo están hoy?", preguntó Bautista con entusiasmo. "Bien gracias, ¿y tú?", respondieron ellos al unísono.

Mientras caminaban juntos hacia la escuela, hablaban sobre los planes del fin de semana y cómo les había ido en sus últimas pruebas. Al llegar al colegio, cada uno se dirigió a su salón de clases.

El examen comenzó y Bautista estaba concentrado en responder todas las preguntas correctamente. De repente, escuchó un ruido fuerte afuera del salón. Todos los estudiantes se asustaron y algunos comenzaron a llorar.

La maestra rápidamente cerró la puerta del salón y les pidió a todos que permanecieran tranquilos mientras ella iba a ver qué estaba pasando fuera. Pasaron unos minutos antes de que regresara con buenas noticias: todo estaba bajo control.

Los estudiantes respiraron aliviados y la maestra les explicó que un árbol había caído en el patio de la escuela debido a una tormenta. Afortunadamente, nadie resultó herido. El examen continuó y Bautista terminó todas las preguntas a tiempo. Estaba contento con su desempeño y esperaba obtener una buena nota.

Después de la escuela, Bautista se reunió con sus amigos Lucas y Sofía para jugar un rato antes de volver a casa. Jugaron al fútbol y corrieron por el parque hasta que se hizo tarde.

Cuando llegó a casa, Magali lo recibió con una sonrisa en su rostro. "¿Cómo te fue en tu examen?", preguntó ella curiosa. "Creo que bien mamá, me sentí seguro mientras lo hacía", respondió Bautista.

Al día siguiente en la escuela, los estudiantes descubrieron que habían obtenido las notas del examen. La maestra comenzó a llamarlos uno por uno para entregarles sus resultados. Bautista estaba nervioso pero emocionado al mismo tiempo.

Finalmente le tocó su turno y cuando vio su nota, no pudo contener la emoción: ¡había sacado un 10! Corrió hacia donde estaban sus amigos Lucas y Sofía para mostrarles su calificación. "¡Miren chicos! ¡He sacado un 10!", exclamó Bautista saltando de alegría.

"¡Felicidades amigo! Sabíamos que lo lograrías", dijeron ellos abrazándolo. Desde ese día, Bautista se sintió más confiado en sí mismo. Se dio cuenta de que si trabajaba duro y se esforzaba, podía lograr cualquier cosa que se propusiera.

Y lo más importante, aprendió que la amistad y el apoyo de los demás eran fundamentales para alcanzar sus metas. La historia de Bautista es una inspiración para todos aquellos niños que quieren destacarse en la escuela y ser buenos amigos al mismo tiempo.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!