La tormenta del trabajo en equipo


Era un día soleado en la ciudad de Buenos Aires, y Manu y Jero se encontraban en su colegio. Estaban sentados en el patio, hablando sobre los exámenes que tendrían al día siguiente.

- ¿Estás nervioso por el examen de matemáticas? - preguntó Manu a Jero. - Sí, bastante. No soy muy bueno con los números - respondió Jero con preocupación. Manu asintió comprensivamente.

Él también estaba nervioso por sus exámenes, pero no quería mostrarlo delante de su amigo. En cambio, decidió animarlo. - Sabes qué? Podríamos estudiar juntos esta tarde después de la escuela. Te ayudaré con las partes que no entiendas - ofreció Manu con una sonrisa amistosa.

Jero pareció sorprendido pero feliz ante la oferta de su amigo. - ¡Sí! Eso sería genial - exclamó Jero emocionado. Y así fue como pasaron toda la tarde estudiando juntos para sus exámenes del día siguiente.

A pesar de que eran distintos grados y tenían diferentes materias, se ayudaron mutuamente a entender mejor lo que les resultaba difícil hasta altas horas de la noche.

Al llegar al colegio al día siguiente, ambos estaban un poco cansados pero confiados gracias a todo el trabajo duro que habían puesto durante la tarde anterior. Se separaron antes del inicio del examen deseándose buena suerte mutua y prometiendo encontrarse después para comparar notas.

El examen fue difícil pero justo cuando terminó sonó una sirena inesperada en el colegio anunciando una alerta meteorológica extrema. - ¡Oh no! - exclamó Jero preocupado. - ¿Cómo vamos a llegar a casa con esta tormenta? Manu, que parecía más tranquilo, lo tranquilizó:- No te preocupes, tenemos tiempo para encontrar una solución.

Vamos a preguntarle al director qué podemos hacer.

Después de hablar con el director del colegio y los padres de ambos niños, se decidió que sería mejor esperar en la escuela hasta que la tormenta pasara y luego irse juntos caminando hasta sus hogares. Durante las horas de espera en el colegio, Manu y Jero compartieron historias divertidas sobre su infancia y jugaron juegos de mesa para pasar el tiempo.

La espera no fue tan mala después de todo. Finalmente, cuando la tormenta disminuyó lo suficiente como para poder salir del colegio, los dos amigos se fueron caminando juntos hacia sus casas mientras seguían hablando sobre cómo les había ido en los exámenes.

- ¿Cómo te fue? - preguntó Manu curioso. Jero sonrió ampliamente antes de responder:- ¡Increíble! Gracias por ayudarme tanto anoche. Creo que me va a ir muy bien gracias a ti. Manu también sonrió felizmente al escuchar eso.

Había sido una tarde larga pero valió la pena ver que su amigo había logrado superar sus temores y tener confianza en sí mismo durante su examen final.

Al final del día, aprendieron algo importante: siempre es bueno tener un amigo cerca cuando necesitas ayuda o simplemente alguien con quien compartir tus experiencias. Y aunque tuvieron un día difícil debido al clima extremo, disfrutaron mucho juntos y aprendieron que trabajar en equipo puede hacer una gran diferencia.

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