La tormenta del zorro herido


Había una vez un grupo de valientes soldados que se encontraban resguardados en una trinchera durante una tormenta. El viento soplaba con fuerza, la lluvia caía sin piedad y los truenos resonaban en el cielo.

A pesar de todo, los soldados mantenían la calma y se apoyaban mutuamente. Uno de los soldados, llamado Martín, era el más joven del grupo. Tenía miedo de las tormentas y su corazón latía con fuerza cada vez que un trueno retumbaba.

Sus compañeros, al darse cuenta de su temor, decidieron ayudarlo a superarlo. "Tranquilo Martín", dijo Pablo, el líder del grupo. "Estamos juntos en esto y nos cuidaremos unos a otros.

"Martín asintió con timidez, sintiéndose reconfortado por las palabras de Pablo. De repente, un relámpago iluminó el cielo y todos pudieron ver una figura extraña acercándose a la trinchera. Era un zorro herido que buscaba refugio de la tormenta.

Los soldados se miraron sorprendidos, pero rápidamente decidieron ayudar al animalito indefenso. "Debemos cuidarlo hasta que pase la tormenta", dijo María, la enfermera del grupo. Así fue como los soldados se pusieron manos a la obra para curar al zorro herido.

Martín olvidó por completo su miedo a la tormenta mientras ayudaba a sus compañeros a cuidar al nuevo amigo. Las horas pasaron lentamente y finalmente la tormenta amainó.

El zorro se recuperó gracias a los cuidados de los soldados y cuando llegó el momento de despedirse, les dejó un regalo inesperado: una flor silvestre que había traído consigo desde lejos. "Esta flor es símbolo de nuestra amistad", dijo Martín emocionado.

Los demás soldados sonrieron con cariño y supieron que aquella experiencia en medio de la tormenta los había unido aún más como equipo. Juntos habían superado el miedo y habían demostrado que incluso en los momentos más difíciles siempre podían encontrar algo bueno para compartir.

Y así, entre risas y abrazos, los valientes soldados salieron de la trinchera listos para enfrentar cualquier desafío que se les presentara en el futuro, sabiendo que siempre podían confiar unos en otros y encontrar luz incluso en medio de la oscuridad.

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