La Tortilla de la Sabiduría
Había una vez una niña llamada Mónica que vivía en una pequeña casa con su mamá y sus dos hermanas mayores. Mónica era la más joven de las tres, pero también la más aventurera y curiosa.
Un sábado por la mañana, mientras su mamá estaba en el supermercado y sus hermanas estaban estudiando para un examen, Mónica decidió prepararles una sorpresa para el almuerzo. Miró en la heladera y encontró algunas verduras frescas y huevos.
Decidió hacer una tortilla de vegetales para compartirla con su familia. Mientras cortaba las verduras, se dio cuenta de que no sabía cómo cocinarlas correctamente.
Entonces pensó: "¡Voy a buscar ayuda!" Y corrió hacia la casa de al lado donde vivía Don Luis, un anciano amable que siempre estaba dispuesto a ayudarla. Don Luis le enseñó a Mónica cómo saltear las verduras y cómo batir los huevos para hacer una deliciosa tortilla.
También le contó historias sobre su juventud y le dio algunos consejos útiles sobre cómo lidiar con los desafíos cotidianos. Cuando regresó a casa, Mónica comenzó a cocinar con entusiasmo mientras cantaba canciones divertidas.
Pero cuando intentó dar vuelta la tortilla, ¡se rompió en pedazos! Se sintió muy decepcionada, pero decidió no rendirse. Entonces pensó: "¿Cómo puedo arreglar esto?" Y recordando los consejos de Don Luis, decidió convertir los trozos rotos en pequeñas porciones individuales. Horneándolos hasta que estuvieran dorados y crujientes.
¡Había hecho su propia versión de tortillas españolas! Cuando su mamá y sus hermanas regresaron a casa, Mónica les mostró con orgullo su creación.
Todos se sorprendieron al ver las pequeñas tortillas individuales, pero después de probarlas, todos estuvieron de acuerdo en que eran deliciosas. Mónica estaba muy feliz por haber aprendido algo nuevo y por haber compartido una comida especial con su familia.
Y desde entonces, siempre recordaría la importancia de no rendirse ante los desafíos y buscar ayuda cuando lo necesitara. "¡Mamá, mira lo que hice!" -exclamó Mónica emocionada. "¡Wow! ¡Qué creativa eres! ¿Cómo se te ocurrió hacer esto?" -preguntó su mamá asombrada.
"Bueno, tuve un pequeño problema con la tortilla, pero luego me acordé de lo que Don Luis me enseñó sobre ser creativo y encontrar soluciones" -respondió Mónica sonriendo satisfecha. "Es cierto hija, nunca hay que rendirse ante los problemas.
Siempre hay una solución si buscas bien" -dijo su mamá mientras abrazaba a Mónica con cariño.
Desde ese día en adelante, Mónica siguió explorando nuevas recetas e ingredientes en la cocina junto a Don Luis y aprendiendo valiosas lecciones sobre perseverancia y creatividad para aplicarlas en cualquier situación difícil que pudiera enfrentar en el futuro.
FIN.