La tortuga audaz
Había una vez, en un hermoso bosque, una tortuga llamada Margarita. Margarita era curiosa y siempre tenía ganas de aprender cosas nuevas.
Un día, mientras paseaba por el bosque, vio a un grupo de animales que se dirigían al colegio. Margarita se acercó a ellos y les preguntó: "¿A dónde van todos ustedes?"El conejo saltarín respondió emocionado: "¡Vamos al cole! Es un lugar donde aprendemos muchas cosas interesantes". Margarita se emocionó al escuchar eso.
Siempre había soñado con ir a la escuela y aprender como los demás animales del bosque. Sin pensarlo dos veces, decidió seguir al grupo hasta llegar al colegio.
Al llegar allí, Margarita vio a muchos animalitos reunidos en el patio jugando y riendo. Se acercó tímidamente hacia ellos y dijo: "Hola, soy Margarita ¿Puedo quedarme aquí con ustedes?". La jirafa amablemente le respondió: "Claro que sí, Margarita.
¡Bienvenida al cole!"Desde ese día, Margarita comenzó su aventura educativa en el colegio junto a sus nuevos amigos. Aprendió matemáticas contando las hojas de los árboles; aprendió ciencias observando las mariposas; e incluso aprendió música cantando junto a los pájaros. Pero no todo fue fácil para Margarita.
Al ser una tortuga lenta para moverse, algunos días llegaba tarde a clase o no lograba terminar sus tareas tan rápido como los demás animales.
Un día, durante la hora del recreo, Margarita se acercó a su amiga la mariposa y le dijo tristemente: "A veces me siento diferente y lenta en comparación con los demás. Me gustaría poder ser más rápida". La mariposa, con una sonrisa en su rostro, le respondió: "Margarita, cada uno de nosotros tiene habilidades únicas.
Tú eres especial porque eres paciente y perseverante. No importa si eres lenta o rápida, lo importante es que siempre haces tu mejor esfuerzo". Las palabras de la mariposa resonaron en el corazón de Margarita.
A partir de ese momento, decidió aceptarse tal como era y aprovechar al máximo sus propias cualidades. Con el tiempo, Margarita se convirtió en la mejor amiga de todos en el colegio.
Su paciencia y perseverancia inspiraban a los demás animales a nunca rendirse y siempre dar lo mejor de sí mismos. Al final del año escolar, durante la ceremonia de clausura, Margarita recibió un premio especial por ser un ejemplo de superación y valentía.
Desde entonces, La tortuga Margarita siguió aprendiendo cada día más cosas nuevas. Pero lo más importante es que siempre recordaba las palabras de su amiga mariposa: "Lo importante no es ser rápido o lento, sino hacerlo con amor y dedicación".
Y así fue como Margarita demostró que todos podemos aprender y crecer sin importar nuestras diferencias.
FIN.