La tortuga hermosa y su viaje al océano



Había una vez una tortuga hermosa llamada Tula. Su caparazón era tan brillante que reflejaba los colores del arcoíris. Vivía en un pequeño estanque rodeado de flores y árboles altos. Todos los días, los animales del bosque admiraban su belleza y la saludaban con afecto.

Un día, Tula decidió que quería ver más allá de su estanque, así que le dijo a sus amigos:

"Quiero conocer el vasto océano. Debe ser fabuloso y lleno de maravillas".

Sus amigos, un pájaro llamado Pico y una ardilla llamada Rayo, la miraron sorprendidos.

"Pero Tula, el océano está muy lejos y tú eres tan lenta en comparación con nosotros" dijo Rayo.

"Sí, podría pasar mucho tiempo y podrías encontrarte con muchos peligros" añadió Pico.

Tula sonrió con confianza y respondió:

"No importa cuánto me lleve. Quiero explorar y aprender. Agradezco su preocupación, pero tengo que intentarlo".

Y así, decidió iniciar su aventura.

Después de muchos días de viaje, Tula llegó a la costa. Se quedó fascinada al ver el inmenso océano que brillaba bajo la luz del sol y un montón de criaturas coloridas que nadaban en el agua. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no era fácil moverse por la arena caliente y que las olas eran más grandes de lo que había anticipado.

"¡Ay! ¿Y ahora cómo llego al agua?" pensó Tula, sintiéndose un poco desanimada.

Justo en ese momento, un pequeño delfín llamado Dimi salió a su encuentro.

"¿Dónde vas?" preguntó Dimi, curioso.

"Quiero nadar en el océano, pero no sé si puedo" respondió Tula con un suspiro.

"¡No te preocupes! Te ayudaré a llegar al agua" dijo Dimi con una sonrisa.

Así que Dimi empujó a Tula suavemente hacia las olas con su aleta.

"¡Vamos! ¡Es más fácil de lo que parece!" animó Dimi.

Cuando Tula se sintió segura, comenzó a moverse. Era un poco lenta, pero decidida.

Una vez en el agua, Tula sintió una felicidad inexplicable. El océano era un lugar de ensueño; había peces de todos los colores, corales brillantes y maravillosas burbujas que estallaban en su camino.

Fue entonces cuando se encontró con una tortuga más vieja llamada Abuela Maris.

"¿Eres nueva aquí?"

"Sí, soy Tula. He viajado desde un estanque para conocer el océano" dijo con orgullo.

Abuela Maris sonrió con calidez.

"Déjame mostrarte algunos secretos de este lugar" propuso.

Abuela Maris llevó a Tula a explorar los arrecifes de coral.

"Mira la diversidad de vida aquí. Cada criatura tiene su rol en el océano; así como tú en tu estanque" explicó Abuela Maris.

Tula observó atenta cómo los pequeños peces limpiadores ayudaban a los más grandes.

"Es increíble ver cómo todos trabajan en armonía" dijo Tula, emocionada.

"Sí, y lo mismo ocurre en tu estanque. Cada uno tiene su importancia, ya sea grande o pequeño" contestó Abuela Maris.

Al final del día, Tula se despidió de sus nuevos amigos. Sabía que tenía que regresar a su hogar.

"Gracias por enseñarme tantas cosas. Nunca olvidaré esta aventura" dijo Tula mientras salía del agua.

Dimi le dijo:

"¡Siempre serás bienvenida en el océano! Recuerda, la belleza no está solo en el exterior. Cada uno tiene una hermosa historia que contar".

Tula regresó a su estanque. Compartió su aventura con sus amigos, quienes se sorprendieron al escucharla.

"Aprendí que ser diferente es algo hermoso y que todos tenemos algo valioso que ofrecer" dijo Tula, llena de confianza.

Sus amigos la miraron con admiración y decidieron que también querían explorar.

Desde aquel día, Tula no solo fue conocida por su belleza, sino también por su valentía y curiosidad.

Y así, todos en el bosque aprendieron que la aventura y la amistad son dos de los regalos más valiosos que pueden existir.

FIN.

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