La tortuga malvada y el caballo carnívoro


Había una vez en un bosque encantado, una tortuga llamada Malo que siempre se burlaba de los demás animales por ser lentos.

Un día, Malo vio a un caballo llamado Feros que, a diferencia de los demás caballos, tenía dientes afilados y una mirada muy salvaje. Malo decidió acercarse para burlarse de él. -Hola, caballo lento. ¿Por qué tienes esos dientes tan grandes? ¿Acaso te crees un carnívoro? -se burló la tortuga.

Feros, en lugar de enojarse, respondió con calma: -No, no me creo un carnívoro, pero sí tengo una dieta especial. Me gusta comer frutas y verduras, aunque a veces me gusta un buen trozo de pasto.

Malo, intrigada, decidió seguir al caballo para ver qué era esa dieta especial. Descubrió que Feros, a pesar de sus dientes afilados, tenía una dieta vegetariana. Con el tiempo, Malo dejó de burlarse de los demás y empezó a aprender cosas nuevas de sus compañeros del bosque.

Aprendió a respetar las diferencias y a valorar la diversidad. Desde entonces, Malo se convirtió en una tortuga amable y respetuosa, y compartió su sabiduría con los demás animales del bosque, haciendo del bosque un lugar mejor para todos.

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