La tortuga marina valiente



Había una vez dos amigos llamados Pedro y Mario que vivían en un pequeño pueblo costero de Argentina. Un día, decidieron aventurarse en el mar para disfrutar de un día de pesca.

Empacaron sus cañas y se subieron a su bote con mucha emoción. La mañana estaba tranquila y el sol brillaba en lo alto del cielo. Pedro y Mario remaban contentos mientras buscaban el lugar perfecto para pescar.

Pero, sin darse cuenta, una fuerte corriente los arrastró mar adentro. - ¡Oye Pedro! ¿Te has dado cuenta de que estamos muy lejos de la costa? - exclamó Mario preocupado. - Sí, tienes razón. Creo que nos hemos perdido - respondió Pedro nervioso.

Los dos amigos miraron a su alrededor y solo veían agua por todas partes. Estaban asustados pero sabían que debían mantener la calma para encontrar una solución. Decidieron remar en dirección contraria a la corriente, intentando regresar a la costa.

Pero cuanto más remaban, más lejos parecía estar la tierra firme. Estaban agotados y desesperanzados. Fue entonces cuando vieron algo asomándose del agua: era una tortuga marina nadando cerca de ellos.

- ¡Mira Mario! Es una tortuga marina, tal vez ella pueda ayudarnos - dijo Pedro emocionado. Con cuidado, se acercaron a la tortuga e intentaron comunicarse con ella:- Hola amiga tortuga, estamos perdidos en el mar ¿Podrías guiarnos hasta la costa? - preguntó Mario con esperanza.

La tortuga los miró con curiosidad y nadó en círculos alrededor de ellos. Pedro y Mario pensaron que la tortuga no les entendía, pero de repente, comenzó a nadar en una dirección específica.

- ¡Creo que nos está mostrando el camino! - exclamó Pedro sorprendido. Sin dudarlo, los amigos siguieron a la tortuga marina mientras esta los guiaba con seguridad. Nadaron durante horas hasta que finalmente divisaron tierra firme a lo lejos.

- ¡Lo logramos! Gracias amiga tortuga por ayudarnos - expresó Mario emocionado. Pedro y Mario llegaron exhaustos pero felices a la playa. Agradecidos por su experiencia y decididos a aprender más sobre el mar, prometieron cuidar del océano y sus habitantes.

Desde aquel día, Pedro se convirtió en un biólogo marino y Mario en un guardacostas. Juntos trabajaron para proteger el medio ambiente marino y enseñar a otros sobre la importancia de cuidar nuestros océanos.

Y así es como dos amigos perdidos en el mar encontraron su vocación gracias a una valiente tortuga marina que les mostró el camino de regreso a casa.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!