La Tortuga que Quería Ser Dragón



En la vasta y verdosa jungla de Llamablue, vivía una tortuga llamada Tula. Desde muy pequeña, Tula siempre miraba al cielo y soñaba con volar entre las nubes como los dragones que había visto en los relatos de su abuela. Un día, mientras se asomaba a un arroyo, vio su reflejo por primera vez.

"Soy tan lenta y pesada..." - suspiró, sintiendo una punzada en su corazón. "Nunca seré un dragón."

Un día, su amigo el loro Lico, que siempre estaba lleno de energía, se acercó volando.

"¿Por qué tan triste, Tula?"

"Quiero ser un dragón, quiero volar, pero soy solo una tortuga."

"¿Y por qué no? Quizás podemos encontrar una forma de ayudarte."

Así, comenzaron su aventura en la jungla. Lico llevó a Tula a visitar a la sabia serpiente Suri, famosa por sus hechizos y pociones.

"Hola, Suri. Necesitamos tu ayuda. Tula quiere ser un dragón," explicó Lico.

Suri, con una mirada profunda, respondió:

"Ser un dragón no es solo tener alas, Tula. Significa tener valor y creer en uno mismo. La magia puede ayudarte, pero deberás enfrentarte a tus propios miedos."

Con la ayuda de Suri, Tula consumió una pócima que le otorgó la capacidad de saltar más alto que nunca. Sin embargo, aunque podía saltar, no podía volar.

"No eres un dragón, pero aún puedes intentar elevarte en tu propio camino, Tula," la alentó Lico, intentando levantar el ánimo de su amiga.

Un día, mientras practicaban sus saltos, escucharon un grito desgarrador. Un pequeño mono llamado Miko se había quedado atrapado en una rama alta.

"Ayuda, no puedo bajar!" - decía Miko.

"¡Rápido, Tula!" - dijo Lico. "¡Utiliza tu salto!"

Tula sintió un nuevo fuego en su interior.

"Sí, voy a intentarlo."

Con todo su esfuerzo, Tula hizo el salto más alto de su vida y logró agarrar la rama.

"Agárrate, Miko!" - gritó. Con una gran dosis de valentía, Tula tiró de la rama hacia abajo y salvo al pequeño mono.

"¡Lo logré!" - exclamó Tula, emocionada.

En lugar de sentirse satisfecha solo por su esfuerzo, Miko, agradecido, le dijo:

"Eres increíble, Tula. No necesitas alas para ser valiente. Eres como un dragón, con un corazón fuerte."

Desde ese momento, Tula comprendió que ser un dragón no era solo volar, sino también tener valor y ayudar a los demás. Junto con Lico y Miko, emprendieron nuevas aventuras en la jungla.

Al pasar del tiempo, Tula nunca dejó de soñar con volar, pero siempre llevó en su corazón la lección que había aprendido: ser tú mismo es lo más poderoso de todos.

Entonces, al caer la tarde, mientras el sol iluminaba la jungla de Llamablue, Tula podía mirar hacia el cielo y decir:

"No soy un dragón de alas, pero tengo el alma llena de sueños y valentía."

Y así, Tula siguió viviendo su vida con confianza. Aunque no volara, sabía que lo importante es sentirse libre y, a veces, los sueños pueden cumplirse de muchas formas que nunca imaginamos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!