La Tortuga que Soñaba en Grande
Había una vez, en una jungla llena de colores y sonidos, una tortuga llamada Tula que tenía un sueño muy especial: quería ser un dragón. Todos los días, Tula miraba al cielo y veía a los dragones volar y lanzar fuego, y cada vez que lo hacía, su corazón se llenaba de emoción.
Una mañana, mientras Tula paseaba por la jungla, encontró a su amiga la ardilla, Lila.
"Hola, Tula. ¿Qué haces hoy?" - preguntó Lila, moviendo su cola rápidamente.
"¡Hola, Lila! Soñando en alto como un dragón." - respondió Tula, con los ojos brillando de ilusión.
"¿Pero no ves que eres una tortuga? Las tortugas no vuelan..." - dijo Lila, sorprendida.
"¡Pero quiero ser un dragón!" - exclamó Tula. "Quiero volar y hacer girar las nubes con un soplido de fuego. ¡No importa que sea una tortuga!".
Lila sonrió, pero un poco preocupada le dijo:
"Tula, ser un dragón es muy diferente a ser una tortuga. Eso no te impide soñar, pero quizás debas encontrar una manera diferente de brillar."
A Tula le gustó la idea y decidió ir en busca de ayuda. Primero, se encontró con su amigo el loro, Carlos, que siempre hablaba en verso.
"Carlos, ¿qué debo hacer para ser un dragón?" - le preguntó Tula.
"Cada quien realiza su magia, si en su corazón hay pasión. Aunque tú no puedas volar, ¡hay muchas formas de dejar tu emoción!" - contestó Carlos.
Motivada por las palabras de Carlos, Tula siguió buscando más consejos. Después, encontró al viejo búho, Félix, que era muy sabio.
"Señor Félix, quiero ser un dragón. ¿Me puede ayudar?" - preguntó Tula, ansiosa.
El búho hizo una pausa y luego le dijo:
"Querida Tula, si es tu sueño, debes encontrar tu propio camino. No necesitas volar para ser especial. Usa tus talentos y ve qué puedes hacer."
Con la ayuda de sus amigos, Tula comenzó a pensar. Se dio cuenta de que era rápida en el agua y podía hacer burbujas que parecían llamaradas de fuego en el agua. Entonces, decidió organizar un gran espectáculo en la jungla.
Con la ayuda de Lila y Carlos, Tula construyó un escenario con hojas y ramas. Invitaron a todos los animales de la jungla. El día del espectáculo, todos estaban emocionados.
"¡Bienvenidos, amigos!" - gritó Lila. "Hoy, nuestra amiga Tula va a mostrar su gran talento."
Tula, un poco nerviosa pero lista, subió al escenario. Hizo un gran movimiento con su patita y dejó escapar todas las burbujas que había preparado. Los animales miraban asombrados cómo las burbujas brillaban bajo el sol.
"¡Miren, parece fuego!" - gritó un pequeño mono desde el público.
Los aplausos comenzaron a resonar en la jungla. Todos estaban disfrutando del espectáculo.
"Gracias por venir, amigos. Aunque no soy un dragón, puedo crear magia de otra forma." - dijo Tula, llena de felicidad.
Al final, los animales le dieron una gran ovación, y Tula se sintió más feliz que nunca.
"No necesito ser un dragón para ser especial. ¡Soy Tula, la tortuga mágica!" - exclamó con una gran sonrisa.
Desde ese día, Tula entendió que los sueños pueden tomar muchas formas, y que cada uno es especial a su manera. Así, la tortuga que quería ser dragón aprendió a amar su propia forma de brillar.
Y en la jungla, todos recordaron siempre que los sueños no conocen límites, y que ser uno mismo es lo más maravilloso de todo.
Fin.
FIN.